Vamos a dar un repaso a las profecías mesiánicas desde Adán
hasta Cristo.
Recordemos que la venida de Cristo al mundo fué profetizada por multitud de profetas a través de los siglos. Un matemático se ocupó de calcular las probabilidades de que una serie de casualidades encadenadas a través de mas de un milenio convergiera en una sola persona, en Cristo. Pues bien, de las mas de 100 profecías que predicen la llegada de Cristo, se escogieron sólo 8 para el cálculo. La probabilidad de acertar era prácticamente infinitesimal, del orden del cienmil billónesimas de tanto por uno.
Una profecía mesiánica se define como aquella que anuncia al
Mesías, es decir, a Cristo.
Desde el principio de
los tiempos, Dios establece una alianza con la humanidad. Dios creó al hombre a
su imagen y semejanza, cada vez que Dios nos mira, se ve reflejado en
nosotros. Y nosotros, los hombres, se lo
pagamos rompiendo una y otra vez esa alianza.
La palabra exacta no es ruptura, pues una alianza
establecida por Dios es irrompible, pero sí ha ocurrido que la hemos rechazado.
Dios recrea esa alianza una y otra vez hasta la definitiva que es cuando la
sella con la sangre de Jesucristo en la cruz.
Una alianza no es lo mismo que un matrimonio, porque Dios
siempre es fiel.
PRIMERA PROFECÍA: ADÁN, EVA, LA SERPIENTE, LA MUJER-VIRGEN Y
SU HIJO
Génesis 3,15
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente
y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar.”
Nuestro salvador es Cristo, y su venida fue profetizada
mucho antes de su nacimiento. La herida del calcañar (o talón) es una
prefiguración de la herida de los clavos de Cristo en los pies.
A éste pasaje del Génesis, se le conoce como el
proto-evangelio, pues es la primera vez en la Biblia en que se anuncia la
venida del Mesías. Simiente puede ser traducido
como linaje o descendencia. Dios le dice al diablo que le enemistará con la
mujer (la Virgen María) y el linaje de la mujer (Cristo). Él, Cristo, herirá al
Diablo en la cabeza (lo matará), y el Diablo herirá a Cristo en el talón.
SEGUNDA PROFECÍA: NOÉ Y LOS ELEGIDOS PARA SALVAR
Génesis 9, 8-17
“Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9 He
aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes
después de vosotros; 10 y con todo ser viviente que está con vosotros; aves,
animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que
salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11 Estableceré mi pacto con
vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más
diluvio para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que
yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros,
por siglos perpetuos: 13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal
del pacto entre mí y la tierra. 14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre
la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15 Y me acordaré del
pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no
habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16 Estará el arco en las
nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser
viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17 Dijo, pues, Dios a Noé:
Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está
sobre la tierra.”
Noé es el único justo sobre la tierra. Actualmente, la
Virgen en Medjugorje ha profetizado, que de cada familia saldrá un justo que se
convertirá y arrastrará a la conversión al resto.
Noé fue exactamente igual,
salvó a su familia del diluvio. El mérito es de Noé, su familia, sus tres hijos
y sus mujeres lo único que tuvieron que hacer es meterse en el arca cuando Noé
lo dijo.
TERCERA PROFECÍA:
ABRAHAM, ISAAC, JACOB/ISRAEL E ISMAEL Y EL MUNDO MUSULMÁN
Génesis 3, 13-16
13 Entonces Jehová Dios dijo a la
mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y
comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste,
maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;
sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus
preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él
se enseñoreará de ti.
Génesis 17, 19
19 Respondió Dios: Ciertamente Sara
tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi
pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.
Gálatas 3,
13-16
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea
de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. 16 Ahora bien, a
Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la
cual es Cristo.
Dios promete a Abraham una descendencia. Dis quiere sellar
una alianza con cada uno de nosotros, libremente. La palabra descendencia se
usa en singular, el profeta se está refiriendo así, a Cristo.
Dios está continuamente anunciando a Cristo. Sabemos que la
descendencia de Abraham fue Ismael (el hijo de la esclava) origen del mundo
musulmán e Isaac.
CUARTA PROFECÍA: MOISÉS Y LA TORAH
Éxodo 6, 7-8
7 Y os tomaré por mi
pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios,
que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8 Y os meteré
en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y
a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ
Mateo 1, 20-21
20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le
apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu
mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21 Y dará a
luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará su pueblo de sus
pecados.
A Moisés se le promete un pueblo (los 12 hijos de
Jacob/Israel) y una Nación. La opresión
de los egipcios es la prefiguración de la opresión del pecado, del cual nos
liberará Cristo.
Todo el Antiguo Testamento es una profecía mesiánica. San
José conocía perfectamente el Antiguo Testamento cuan el ángel le visitó y le
puso en la encrucijada de toda la revelación.
QUINTA PROFECÍA: EL REINO MESIÁNICO DE JUDÁ
10 No será quitado el cetro de Judá,
Ni el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Siloh;
Y a él se congregarán los pueblos.
El antiguo Israel lo
formaban 12 tribus que fueron conquistadas por los Asirios (actual Iraq). Los
Asirios metieron gente entre las tribus de Israel y se mezclarón.
Por otro lado estaba el reino de Judá compuesto por las
tribus de Judá, Efraím y Leví que permenecieron independientes y no se
mezclaron con los gentiles. Lo que quedó de Israel eran los llamados
samaritanos que era un pueblo israelita pero procedente de mezclas. Por eso los
judíos odiaban a los samaritanos, porque se habían mezclado..
El mesías saldrá de Judá.
SEXTA PROFECÍA: EL REINO DE DAVID
2 Samuel 7, 6-17
6 Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que
saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y
en tabernáculo. 7 Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he
hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado
apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa
de cedro? 8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de
los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses
príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9 y he estado contigo en todo cuanto
has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado
nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10 Además,
yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y
nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, 11
desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso
de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. 12 Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después
de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. 13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de
su reino. 14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere
mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero
mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de
delante de ti. 16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente. 17 Conforme a todas estas
palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.
Lucas 1, 30-33
30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has
hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a
luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado
Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Mateo 1, 1
1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo
de Abraham.
2 Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judáy a
sus hermanos. 3 Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom
a Aram. 4 Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. 5
Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 6
Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue
mujer de Urías. 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. 8
Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9 Uzías engendró a
Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. 10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés
a Amón, y Amón a Josías. 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el
tiempo de la deportación a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró
a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a
Eliaquim, y Eliaquim a Azor. 14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a
Eliud. 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; 16 y Jacob
engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
María era la llena de gracia. María nació sin pecado
original como fruto de la redención obrada por Cristo. Va a estar siempre
enfrentada a la serpiente.
La Virgen María, al igual que San José, conocía el Antiguo
Testamento y era consciente del significado y alcance de la anunciación. Así
como San José, era consciente del mensaje que recibió del ángel.
San Mateo era un recaudador de impuestos judío, que sufrió
una conversión. Por eso el evangelio de Mateo, está dirigido al pueblo judío, a
gente conocedora de la Torah. Por eso el evangelio de Mateo comienza por la
genealogía de Jesús. No es casual.
El signo de Noé es el Arca
El signo de Abraham es la circuncisión
El signo de moisés es la Ley o Torah
El signo de David es el Trono
SÉPTIMA PROFECÍA: JESÚS, LA VIRGEN MARÍA Y EL MISTERIO DEL
PARTO VIRGINAL
Isaías 7, 14
14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la
virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Lucas 1, 26-31
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que
se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y
entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor
es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó
por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le
dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora,
concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
La Virgen María lo fue antes, durante y después del parto, y
además no conoció varón. Esto lógicamente es un misterio y un dogma de Fé.
Emmanuel significa: Dios con nosotros. Están de moda los
signos del fin del mundo, pero hay mucha falta de formación.
La mujer que da a luz es la virgen que da a luz a Jesús. En
la imagen del apocalipsis la Virgen está
dando a luz la cabeza de Jesús, pero falta el resto del cuerpo místico de la
Iglesia, que se reunirán con él en el fin de los tiempos (la humanidad en
Cristo).
OCTAVA PROFECÍA: EL SIGNO DEL MESÍAS, LA ESTRELLA
Miqueas 5, 1
1 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han
sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.
Lucas 2, 10-12
10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy
nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en
la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de
señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
En el siguiente texto se ve donde nacería Jesús y el signo:
la estrella de oriente.
Números 24, 17
17 Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos
de Set.
Mateo 2, 9
9 Ellos, habiendo oído al rey,
se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de
ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
En la antigüedad, se anunciaba
a los reyes y a los dioses mediante una estrella. A Jesús van a adorarle los
pastores y los reyes magos. En aquélla época, los pastores eran el estrato mas
bajo de la sociedad, y los reyes, el más alto. Además los reyes magos son no
judíos, esto es, gentiles.
NOVENA PROFECÍA: EL LUGAR DE
NACIMIENTO, BELÉN
Isaías 60, 6
6 Multitud de camellos te
cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro
e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová.
Mateo 2, 1-2
1 Cuando Jesús nació en Belén
de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella
hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Gálatas 4, 4-5
4 Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.
Llegamos a la plenitud de los
tiempos con Cristo.
Isaías 1, 3
3 El buey conoce a su dueño, y
el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene
conocimiento.
Lucas 2, 7
7 Y dio a luz a su hijo primogénito,
y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para
ellos en el mesón.
El Buey representa a Israel .
El asno representa a los gentiles entregados a las pasiones y muy violentos.
A pesar de ser profetizado
Jesús 8 siglos antes de su nacimiento, el pueblo de Israel no lo reconoció.