martes, 30 de noviembre de 2010

RETIRO ESPIRITUAL: MEDITACIÓN 2

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí. Que me ves, que me oyes., te adoro con profunda reverencia. Pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi padre y señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.

Sabiéndonos en la presencia de Dios, ahora le pedimos que nos hable. Para eso le pedimos con Salomón en la meditación anterior:

Señor, dame un corazón que sepa escuchar

En concreto, vamos a meditar en este rato de oración como está Dios con nosotros. Lo primero es que Dios nos ha hecho, somos hechura divina que formamos parte de un mundo, que en un momento determinado no existía, hasta que Dios creó, con el tiempo, un mundo.



Dios te ha puesto a ti, al ser humano en el centro de la creación. Por eso cuando leemos en el génesis: “en el principio Dios creó el cielo y la tierra”, así empieza el génesis, esta afirmación categórica que después el símbolo de la fe la recoge como una oración Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y de lo invisible, ese otro mundo invisible a nuestros sentidos, pero hecho por Dios, del que nosotros también disfrutamos.

Así pues hablaremos del creador, luego de una noticia que él nos da de sí mismo: que es nuestro padre: creador padre, y luego redentor porque se produce aquella ruptura en la creación, el viene a hacer una recreación, nos va a elevar de nuevo, a la categoría que teníamos: la de ser hijos suyos.

Vamos a descubrir la trascendencia de dios, precisamente a partir de lo creado, que somos nosotros mismos y las cosas de las que disfrutamos.

El corazón es un camino para llegar al conocimiento de la existencia de Dios, la creación es maravillosa y perfecta. Somos conscientes de que existe todo, existimos nosotros, el universo, nuestra galaxia, nuestro sistema solar, cuando uno contempla el espectáculo sobrecogedor de las estrellas, ellas nos hablan de la grandeza de Dios.

El que podamos investigar lo que es un átomo, primero porque es, y segundo porque Dios nos da la capacidad de conocerlo. Fíjate que bueno es dios, que no crea un universo para decir: ahí queda eso, sino que quiere que lo conozcamos y disfrutemos del mundo.



Todo lo que existe ha sido creado por Dios y sigue existiendo porque Dios lo quiere, así lo dice el libro de la sabiduría. Leer el antiguo testamento nos enseña muchas cosas. Fíjate que nos cuenta la escritura que, Dios es tan inmenso que Moisés se cubre el rostro con un velo: ¿Por qué?; dice Moisés: ¿cómo un hombre de labios impuros como yo va a contemplar el rostro de Dios?. Los sumos sacerdotes del templo de Yahveh, cuando entraban en el templo al sancta sanctórum, no podían entrar sino luego de muchas purificaciones, y entraban atados con cadenas, es todo un simbolismo muy especial, pero que recogía la eventualidad de que el sacerdote se derrumbara ante la presencia de Dios y hubiera que sacarlo por las cadenas.

Es el gran peligro de acostumbrarse a Dios. A Kant, le maravillaban cuestiones como por ejemplo la libertad, que trasciende el mundo de los sentidos, como algo inherente a la obra creada. Pensar que esa obra creada puede, en determinados aspectos, resistirse a su creador, y decir: no. Dios ha hecho un ser que se le puede sublevar, contrariar su voluntad. Toda la creación depende de Dios, excepto la voluntad humana. Y decía Kant: la libertad que yo tengo me admira; poder decirle que no a quien me ha creado.

No es mala cosa ponerse a pensar un rato en que Dios existe. Pero pensemos en el primer pecado de rebeldía contra Dios: la soberbia. Yo soy como dios. A nosostros no nos viene mal de vez en cuando, mirarnos al espejo, y decirnos a nosotros mismos: no soy Dios. Dios existe, no me he creado a mi mismo.

Cuando volvían los generales romanos victoriosos de una batalla, y hacían el paseo triunfal en Roma, pasando por el arco de Tito, el pueblo aclamando, trayendo los tesoros y los esclavos obtenidos en la guerra. En ese desfile, iba el general a la cabeza, en su carro, pero llevaba un esclavo detrás, repitiendo sin cesar: recuerda que eres mortal, recuerda que no eres Dios. Usemos la libertad, para hacer lo que a Dios le agrada.

Heidegger se preguntaba, ¿Por qué existe el ser?, ¿Por qué hay algo en lugar de nada?. No es frecuente preguntarse esto. Esta pregunta apunta directamente a la existencia de Dios. Los judíos no se atrevían a pronunciar el nombre de Dios por su grandiosidad. De ahí que se refieran a él como YHVH en lugar de YAHVEH. A las consonantes YHVH, le unían las vocales de: ADONAI, que significa señor: YAOHVAIH, de donde se deriva Jehová, y de ahí viene la controversia entre Yahvéh y Jehová.



Haendel atravesaba un período de sequía creativa, y para inspirarse caminaba por Londres. Se detuvo frente a un edificio donde una mujer cantaba ópera con la ventana abierta y se quedó quieto escuchando. La soprano realmente rezaba textos del antiguo testamento, cantando. El oyó la voz de Dios a través de la música. Corrió a su casa y escribió su gran obra: el Mesías. Recordad: Señor, dame un corazón que escuche.

Una vez, un violinista famoso se prestó a un estudio sociológico: pasaría un día entero disfrazado de mendigo en el metro de New York y tocaría lo mejor de su repertorio y lo mas virtuosamente que supiera. Así lo hizo, repitió dos veces la misma selección. Apenas 100 dólares. Sólo dos personas se pararon a oírle menos de un minuto. Estaba asombrado. Cómo era posible aquello. Pasar ante la grandeza y no darse cuenta (esto es una definición de estupidez). Somos hechura divina. Hay algo en ti que habla de Dios. Esa libertad que te capacita para amar. La libertad es creada, no conquistada. Es lo que te hace santo o miserable pecador.


Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones, que me has comunicado en esta meditación, te pido ayuda para ponerla por obra. Madre mía inmaculada, San José mi padre y señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.

2 comentarios:

merche dijo...

El corazón es un camino para llegar al conocimiento de la existencia de Dios, la creación es maravillosa y perfecta.

Hola Juanjo, me quedo con esa frase, me dice tantas cosas….
Yo he experimentado eso en mi propia vida, a través del corazón se llega al conocimiento y al amor de Dios porque Él nos enseña a través del amor ¿Dónde sentimos ese amor? En el corazón.
¿De donde sale las enseñanzas de Jesús? del amor, de su corazón. Por eso cuando estamos en silencio ante el santísimo o el Sagrario, es allí dónde Dios te insufla ese viento de amor y sabiduría, entonces Él se comunica con el alma y te enseña todas las cosas.
A través de la creación y si sabemos contemplarla como es debido, nos damos cuenta de la grandeza de Dios, de que todo está vivo y por lo tanto la creación entera nos habla de Dios, es como un libro abierto donde encuentras todas las respuestas.

Bueno no se si me habré expresado bien y si no, perdonadme.

Theo dijo...

Hola. Vaya meditación más profunda, porque me vuelve a orientar hacia Dios desde el principio. Kant no sabía que la libertad era decirle sí a Dios.Gracias.