La Crisis del Ascensor
de dan brown
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Sí, hablamos de María, la de Magdala (su ciudad natal), que aparece mencionada varias veces en el Nuevo Testamento como seguidora de Jesucristo, aquella que junto a otras mujeres estuvo presente en la crucifixión y la que fuera primera testigo de la resurrección del Maestro. Poco más sabemos de ella, salvo que la tradición cristiana la ha relacionado con la mujer que iba a ser lapidada por haber cometido adulterio y que posteriormente se habría unido al grupo de seguidores de Jesús. Según otra antigua tradición ortodoxa, María Magdalena habría pasado sus últimos días en Éfeso, huyendo de las persecuciones a los cristianos junto a San Juan y a la Virgen María.
De llenar este inmenso vacío histórico se ocuparon pronto varios escritos apócrifos –como el Evangelio de Tomás, de Felipe o de la propia María Magdalena– (ninguno de ellos admitidos por la Iglesia) y más recientemente, las mentes calenturientas que pretenden destruir a la Iglesia católica y confundir a los cristianos menos formados. Ya en la película del reconocido masón Martin Scorsese “La Última Tentación de Cristo” (1988) basada en el libro “El Enigma Sagrado” (1982) y más recientemente en la novela del tonto oportunista Dan Brown llevada a la pantalla “El Código da Vinci” (2003); se nos presenta a María Magdalena como la amante-esposa de Jesucristo. Según esta teoría, ambos habrían tenido una descendencia –el cáliz de Cristo es identificado con el vientre fecundado de la de Magdala-, hijo con el que María Magdalena se habría trasladado a Francia. Este vástago sería linaje directo de Jesucristo, que no sería el Hijo de Dios sino únicamente un profeta humano que, de paso, nunca tuvo pensamiento de fundar ninguna Iglesia. De esta dinastía formarían parte los merovingios, los templarios, y finalmente, los masones, únicos conocedores en la actualidad de esa historia entre Jesús de Nazaret y María Magdalena.
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Todos estos autores, que proliferan como champiñones en primavera (basta ir a una librería para comprobar la interminable lista de libros referidos a esta temática) nos quieren hacer ver que la Iglesia católica es -como siempre- la mala de la película, y habría sido la institución encargada durante estos 2.000 años de ocultar esa verdad y, a base de tramas vaticanas, asesinatos, engaños, dinero y corrupción… evitar que este misterio salga a la luz.
Como se puede comprobar, un tema morboso y recurrente; muy atrayente en esta época nuestra tan enemiga de las instituciones, pero sin ninguna base exegética, teológica ni mucho menos científica. No deja de ser curioso que en estos momentos, donde se pone en duda todo lo contenido en las Sagradas Escrituras, donde sólo se cree en lo que la razón y la ciencia puedan mostrar, se crea a pies juntillas una fantasía tan poco fundamentada como una relación sentimental entre Jesucristo y María Magdalena. Los mismos que niegan los dogmas de la Iglesia católica creen firmemente esta patraña inconsistente. Aquellos que no tienen fe parece que sólo disfrutan cercenando la de los demás.
Nosotros dediquemos nuestra fe y nuestras fuerzas a otros temas más relevantes a nuestras convicciones y no hagamos mucho caso de quienes no saben hacer otra cosa sino confundir malintencionadamente.
2 comentarios:
Supongo que cada creencia tiene sus teorías, igualmente válidas, tanto unas como otras.
Personalmente pienso, que el código DaVinci, la Hermandad de la sábana santa, El último merovingio, el caballo de troya etc...
no son mas que novelas, y que todo el revuelo que han causado es por culpa de los católicos que han protestado en demasía.
Si no hubiesen dicho nada, estas pasarían como novelas de mero entretenimiento y nada mas.
Pienso que el principal problema de todo esto, es que estos libros incitan a las personas que no somos eruditos en esos temas, a pensar y buscar información, o por lo menos es lo que han dado a entender (a mi por lo menos) y entonces claro, si alguien intenta tirar por tierra algo sin mas, uno intenta comprender el motivo y busca y busca.
Para mí, esas novelas son puro entretenimiento, eso sí, leyéndolas uno se pregunta cosas, y el gran fallo del catolicismo, es intentar desacreditar sin mas algo.
Es verdad, yo creo que no hay que darle mas importancia que la que tiene.
Un abrazo!
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