Marta Robin y cercanos a Pio XII hacen revelaciones.
El demonio existe, es un ser real y ha habido hombres que han sido especialmente influenciados por él. Por ejemplo Hitler y Stalin.
Hitler y Pio XII
Las purgas de Stalin, el holocausto de seis millones de judíos organizado por Hitler y sus seguidores, han sido los más notorios, pero también se pueden mencionar los asesinatos de Pol Pot, de Mao Tse Tung o Lenin… las limpiezas étnicas en varias partes del mundo, los narcotraficantes o los terroristas que matan sin piedad… y el gran asesinato del abortos, como claros ejemplos de la influencia del maligno en el mundo.
HITLER Y STALIN POSESOS
Adolf Hitler y el líder ruso Stalin estaban poseídos por demonios, dijo el padre Gabriele Amorth. Él hizo sus comentarios durante una entrevista con Radio Vaticano.
El Padre dijo:
“Por supuesto que el diablo existe y que no sólo puede tener una sola persona, sino también a grupos y poblaciones enteras, estoy convencido de que los nazis estaban todos poseídos. Basta pensar en todo lo que Hitler y Stalin hicieron. Casi todos ellos estaban poseídos por el diablo. Me doy cuenta por su comportamiento y acciones, por los horrores y atrocidades que se cometieron, estaban bajo las órdenes del diablo.”
De Stalin decía su hija Svetlana:
“Mi padre estaba poseído por un terrible demonio. Él consideraba la bondad y la misericordia peores que un gran delito”.
Hitler, decía el general Jodl en el proceso de Nuremberg:
“Era un gran hombre, pero un gran hombre infernal”.
LA REVELACIÓN DE MARTHA ROBIN SOBRE HITLER Y PIO XII
Según una “revelación personal” a la mística y estigmatizada Martha Robin, Adolfo Hitler firmó un pacto satánico, que incluía esta clausura: “Dame al pueblo judío y yo te daré poderío”; hay que anotar que más de seis millones de judíos murieron en los campos de exterminio nazi.
El pacto duró al parecer más de diez años. Fue quebrado, el 8 de diciembre de 1942, cuando el papa Pío XII consagró el género humano al Corazón Inmaculado de María. La fecha coincide, aproximadamente, con la derrota alemana en Stalingrado, dos meses más tarde, en febrero de 1943.
El papa Pío XII estaba convencido de que Adolf Hitler estaba poseído por el Diablo y lo exorcizó a distancia siguiendo las invocaciones y las oraciones recogidas en el ritual de exorcismos católico.Hitler era un hombre tan diabólico en sus programas de dominio y de exterminio, hasta el punto de estar dominado por las fuerzas del Mal. Así lo declaró Sor Pascaline, secretaria particular del Pontífice.
LOS EXORCISMOS FORMALES Y DIRECTOS A HITLER
Según publica la revista italiana 30 Giorni, los testimonios recopilados durante el proceso de beatificación que se está llevando a cabo, no parecen dejar lugar a dudas de que el ritual se realizó en varias ocasiones.
Ello consideran que fue sin éxito, a la vista de los acontecimientos que desembocaron en la II Guerra Mundial. Pero no han tenido en cuenta lo que reveló Martha Robin, que implicaría que la mezcla de exorcismos de Pio XII y la Consagración del Mundo al Corazón Inmaculado de María podrían haber operado minando el poder satánico de Hitler.
El sacerdote jesuita Peter Gumpel, teólogo y relator del proceso de beatificación del papa Pacelli, confirmó que el ritual de exorcismo se probó en varias ocasiones durante los peores momentos de la guerra.
Diversos testigos afirmaron haber asistido a estas ceremonias de exorcismo a Hitler, que se realizaron con el propósito de liberar el alma del dictador alemán de la influencia del Maligno.
Gumpel incluso desvela el testimonio jurado de Sor Pascalina Lehnert, en el curso del proceso del Siervo de Dios Eugenio Pacelli, quién declaró que
“el cardenal alemán Michael von Faulhaber y otros obispos estaban persuadidos de que Hitler estaba endemoniado, así que alertaron al Santo Padre, y éste, cuando empezó la guerra, no sólo hizo oraciones, sino que recurrió al exorcismo sobre Hitler en su Capilla privada, presentes nosotras, las religiosas”.
En el exorcismo el Papa invocaba a Dios para que liberase a aquella persona de la influencia diabólica que sufría el Führer y en base a la cual actuaba.
Pero al respecto Gabriele Amorth dijo:
“Es muy raro que oraciones y tratar de realizar un exorcismo a distancia funcionen”.
Es “claro que Ud. puede orar por alguien a distancia, pero en este caso no tendría ningún efecto.”
(*) “Una de las claves necesarias para el exorcismo es estar presente frente a la persona poseída y esa persona consienta o desee. Así que intentar realizar un exorcismo en alguien que no está presente, o no consienta o desee, será muy difícil”.
PIO XII SIEMPRE CREYÓ QUE HITLER ERA UN POSESO
Años antes del estallido de la guerra, el papa Pacelli ya había manifestado en privado su preocupación por la situación en Alemania. La religiosa que lo cuidaba, la hermana Pascaline Lehnert, afirmó bajo juramento que el pontífice había dicho, refiriéndose a Hitler:
“Adolf Hitler está completamente poseído, destruye todo lo que no cree necesario, todo lo que dice y escribe lleva la marca del egocentrismo”.
El pontífice no se encontró con él nunca ni tuvo relación directa con él, sin embargo Gumpel, ha citado en el juicio, las palabras de Pacelli al final de su mandato en Berlín en diciembre de 1929, años antes de la ascensión al poder del dictador en 1933:
“Este hombre es capaz de eliminar todo aquello que le resulta un obstáculo. No llego a comprender cómo en Alemania, incluso las personas mejores, no se percatan de lo que escribe y dice”.
También un sobrino del papa aseguró que, meses antes del comienzo de la guerra, el pontífice le había dicho que Hitler estaba verdaderamente poseído.
Los historiadores consideran que Pío XII en el año 1940 compartió el proyecto de algunos generales alemanes de expulsar a Hitler del poder. Algunos de ellos creen incluso que Pio XII trató de jugar un papel de enlace entre el Gobierno británico y los conspiradores alemanes que planearon derrocar a Hitler en 1939.
El relator Gumpel ha recordado las diversas protestas del Papa contra el nazismo, como el radiomensaje de la Navidad del 1942, en contra del programa hitleriano «Nuevo Orden», así como las denuncias de las muertes de miles de personas, tan sólo por razón de nacionalidad o de raza.
La fiel secretaria del Papa, Sor Pascaline, supo por medio del cardenal von Faulhaber que el Führer estaba furioso con Pío XII, y había exclamado contra el Pontífice, diciendo:
“¿De dónde saca tanta fuerza para resistirme y obstaculizar aquello que yo quiero, ese miserable, que no tiene otra cosa que piel y huesos. No puedo destruir Roma, algo que me hubiera dado mucho placer. ¡A cuántos judíos ha salvado, y no he sido capaz de apoderarme de él!”.
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