Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma, para que nos mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal. Amén
Reflexión
Según la oración de este día, La Cuaresma es un tiempo que ha de ser vivido “en espíritu de conversión”. No es, pues, la Cuaresma un tiempo de actos o momentos piadosos, sino para luchar ascéticamente por vivir cada día esforzándonos en la propia conversión.
Espíritu de conversión significa, ante todo, sabernos deudores de Dios. La muerte y resurrección de Jesús son el precio que Dios pagó para librarnos del mal, para comprarnos con su Sangre como dice San Pedro. Ante esa actuación de Dios, hemos de preguntarnos con el salmista; “¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”. La respuesta a esa pregunta es el espíritu de conversión.
El espíritu de conversión, se vive, según la Oración, “en austeridad penitencial”. Se trata de vivir una actitud de recorte. Se trata de autocontrolar los deseos o inclinaciones, que, sin ser malos, nos distancian del espíritu de conversión. Se trata de renuncias voluntarias que predisponen nuestro espíritu para vivir en conversión. Se trata de recortar actitudes, gustos, placeres, caprichos, que nos empujan a vivir la Cuaresma recordando que somos deudores de Dios.
¿Cuáles son mis deudas para con Dios? ¿Qué recorte voy a realizar en estos días de Ceniza? ¿Cómo voy a realizar mi “espíritu de conversión”?
Súplica
Señor Jesucristo, por obediencia al Padre, has asumido el viaje de tu Pasión para librar al hombre de sus cadenas y comprarlo con tu Sangre preciosa.
Al comenzar la Cuaresma, me pongo ante Ti con el corazón deseoso de conversión, de darle la vuelta a mi vida.
¿Cómo agradecerte Señor Jesús, tu inmensa generosidad? ¿Cómo podré pagarte el sacrificio que hiciste para librarme del mal y del pecado?.
Estoy en deuda contigo, Señor. Y mi deuda es inmensa. Tan inmensa como tu amor por mí. Quiero, Señor, recordar cada día esta deuda y repagarte con una vida entregada a Ti.
Ayúdame, Jesús, a vivir este día de Ceniza practicando la austeridad, de modo que mi corazón viva pendiente de Ti. A Ti, Señor Jesús, la gloria por siempre. Amén.
Jaculatoria
De mi nada te has querido enamorar, Señor
Reflexión Final
La búsqueda del espíritu de conversión en Cuaresma se debe de apoyar en tres pilares básicos:
Oración
Ayuno
Limosna
Hoy, en Misa, ha tenido lugar la imposición de la Ceniza. El Sacerdote ha dicho:
Creed en el Evangelio y convertíos.
Esa debe ser nuestra misión mas importante en este valle de lágrimas. Creer en el Evangelio, convertirnos. La conversión es un proceso que dura toda la vida, está compuesta de miles de conversiones parciales. Buscar la santidad (a veces, misión imposible para algunos). Pero sobretodo, amar a Jesucristo y buscarle siempre. Tener a Jesucristo siempre en nuestra mente.
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