martes, 19 de mayo de 2009

Un Santo

Os voy a presentar a mi Santo preferidoSAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE (1894-1941).  Fué un santo de nuestro tiempo, y también fué martir. Murió entre grandes sufrimientos en ese infierno en la tierra que fué el campo de concentración de Auschwitz.

Y lo que es mas impactante, murió no por grandes causas sino porque se ofreció para sustituir a un anónimo padre de familia que iba a ser ejecutado junto con otros presos, porque el director del campo quería dar un escarmiento.

El método de ejecución fué ser encerrado en un sótano (llamado el sótano de la muerte) junto con otros 9 presos y allí se les dejaría morir de hambre y sed, si bien eran visitados y observados diariamente por los guardianes para ver la "evolución".

Este es un verdadero santo, un verdadero mártir, alguien digno de llamarse cristiano un ejemplo para todos los que vivimos en este mundo hedonista donde nos cabreamos si no sale agua caliente del grifo, o el vino que nos ponen está un poco ácido.

Este Sacerdote murió por un desconocido, sin titubear, sin pensárselo dos veces, sin ceremonia. Simplemente tomó su lugar. Y tardó muchos dias en morir. En ese sentido aquí va un párrafo de un testigo de los hechos:


"Desde las celdas donde estaban los infelices, se oían diariamente las oraciones recitadas en voz alta, el rosario y los cantos religiosos, a los que se asociaban los presos de las otras celdas. En los momentos de ausencia de los guardias yo bajaba al sótano para conversar y consolar a los compañeros. Loas fervorosas oraciones y cantos a la Virgen se difundían por todo el sótano. Me parecía estar en una iglesia. Comenzaba el P. Maximiliano y todos los otros respondían. A veces estaban tan sumergidos en las oraciones, que no se daban cuenta de la llegada de los guardias para la acostumbrada visita. Sólo a los gritos de estos, las voces se apagaban.
"Al abrir las celdas, los pobres infelices, llorando a lágrima viva, imploraban un trozo de pan y agua, pero les era negado. Si alguno de entre los más fuertes se acercaba a la puerta, en seguida recibía de los guardias patadas al vientre, tanto que cayendo atrás sobre el cemento, moría en el acto o era fusilado.
"Del martirio que han debido padecer los pobres condenados a una muerte tan atroz, da testimonio el hecho de que los cubos estaban siempre vacíos y secos. De lo cual hay que concluir que los desgraciados, a causa de la sed, tomaban la propia orina".

"Así pasaron dos semanas, mientras tanto los presos morían uno tras otro. Al termino de la tercera semana, solo quedaban cuatro, el P. Kolbe entre ellos."

Para mas información sobre el Padre Kolbe: