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miércoles, 3 de marzo de 2010

Las Profecías del Padre Pío





En estos tiempos que corren donde los terremotos y otros desastres naturales parece que están proliferando viene al caso recordar las dos profecías del padre Pio (1.887 – 1.968)










Profecía 1

Precedido de tormentas, vientos desencadenados y terribles terremotos, que abrirán la tierra y la harán temblar, yo vendré una noche, durante los fríos meses de invierno, a este mundo cargado de pecados: 




rayos y centellas, salidos de incandescentes nubes, encenderán y reducirán a cenizas todo lo que está contaminado por el pecado. La destrucción será total. El aire envenenado de gases sulfurosos y levantando asfixiantes humaredas, será llevado a grandes distancias por las ráfagas del viento. Las obras levantadas por el hombre con espíritu loco y atrevido de adoración a sí mismo, queriendo demostrar su ilimitado poder, serán aniquiladas.





Entonces la raza humana comprenderá que hay una voluntad muy superior a la suya, que destruirá sus vacíos alardes de vanagloria. Rápidamente, cerrar vuestras puertas y ventanas, tapar toda vista del mundo exterior durante el más terrible de los acontecimientos; no profanéis vuestra vista con miradas curiosas porque santa, santa es la ira de dios. La tierra será purificada para vosotros, los restos del fiel rebaño.




Encomendaos a la protección de mi santísima madre; no os desaniméis a pesar de lo que viereis y oyereis; es una ficción del infierno que no os podrá hacer ningún daño. Cobijaos en constantes oraciones bajo la protección de mi cruz e invocar a los ángeles de vuestras almas. Luchad con confianza en mi eterno amor y no dejéis que se levanten en vosotros dudas acerca de vuestra salvación. Cuanto más firme y perseverantemente permanezcais en mi amor, tanto más seguramente os defenderé contra todo daño. Luchad por las almas amadas de mi corazón.



Perseverad por una noche y un día y por una noche y un día, y a la siguiente noche se calmarán los terrores. . . Al amanecer del próximo día el sol brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la oscuridad. Aceptad la nueva vida con humilde gratitud. Vividla con sencillez y gratitud en paz y amor, según mi intención. Orad y sacrificaos para que vuestro sacrificio produzca abundantes frutos de bendición y para que florezca una raza nueva que alegre vuestros corazones . . .


El mundo os llamará fanáticos, locos y creaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en vuestra constancia con su elocuencia engañosa. Y los tramposos intrigantes del infierno intentarán ganaros con sus astutos engaños. Luchad con humildad y silencio; combatir con las almas de las buenas obras; oración, sacrificios y con la convicción interior del deber. Buscad refugio en la madre de la gracia, para que el flagelo inevitable resulte una victoria sobre el infierno y para que mis ángeles puedan dar la bienvenida en las eternas venturas del padre a las ovejas penitentes . . .




Profecía 2

Mensaje tomado de su testamento y hecho distribuir por los sacerdotes franciscanos a todos los grupos de oración católicos en el mundo, ya desde la Navidad de 1990:

La hora del castigo está próxima, pero yo manifestaré mi misericordia.

Nuestra época será testigo de un castigo terrible. Mis ángeles se encargarán de exterminar a todos los que se ríen de mí y no creen a mis profetas. Huracanes de fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.




¿Temporales?, Tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la tierra. Por espacio de tres días y tres noches la una lluvia ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que dios es el dueño de la creación.



Los que creen y esperan en mi palabra no tendrán nada que temer, porque yo no los abandonaré, lo mismo que os que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá a los que están en estado de gracia y buscan la protección de mi madre.
A vosotros, preparados a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría, surgirá el viento, se oirán truenos.

Cerrad todas las puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa. Arrodillaos ante vuestro crucifijo.

Arrepentíos de vuestros pecados. Rogad a mi madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi padre es santo. La vista de su ira no la podríais soportar vosotros.

Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.
El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.

Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi reino.
Después de los castigos, los ángeles bajarán del cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.

Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.
Rezad piadosamente el rosario, en lo posible en común o solos.

Durante estos tres días y tres noches de tinieblas, podrán ser encendidas sólo las velas bendecidas el día de la candelaria (2 de febrero) y darán luz sin consumirse."



Es menester que avisemos ahora que estamos a tiempo, es mejor que nos vayamos preparando, por qué esto es tremendo, espantoso, hasta los Ángeles del Cielo, dice nuestro Señor, qué se asustan sólo de pensar lo que nos espera. 

jueves, 9 de julio de 2009

¿Qué es un Milagro?

Buena Pregunta. Yo no sabría contestar muy bien. Si fuera un ateo o filósofo al uso diría que no existen. Así , negando la mayor, queda el problema resuelto.

Si creyera en fenómenos paranormales, diría que el que hace los milagros tiene poderes mentales y domina la materia. Así pues, los milagros serían fenómenos naturales, pero aún no comprendidos del todo.

Pero no soy ni ateo ni creo en monstruos de feria. Soy cristiano, y para mí los milagros, existen, tienen realidad objetiva, los propicia Dios por alguna causa y utiliza a alguien (puede ser un Santo o alguien completamente anónimo) como varita mágica para que el milagro se produzca.

Este señor de la foto es el Padre Pio (1887-1968), religioso capuchino que concentra en él el mayor número de milagros de toda la historia del cristianismo.


Tuvo los siguientes dones:


  • Discernimiento (leía corazones y conciencias, sobre todo durante la confesión)
  • Profecía: (ej. la llegada al papado de Pablo VI y de Juan Pablo II.)
  • Curación: (las curaciones acreditadas se cuentan por centenares)
  • Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo.
  • Estigmas: recibió los estigmas el 20 de septiembre de 1918 y los llevó hasta su muerte 50 años después. Los médicos que observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas ni dar explicación de ellas y nunca se infectaron.
  • Perfume: la sangre de sus estigmas tenían fragancia de flores.
  • Transverberación del corazón: el corazón de la persona es traspasado por una flecha o dardo misterioso.



El Padre Pío sanaba a los incurables, convertía a los pecadores, prorrogaba el tiempo de la muerte, sabía dónde se hallaban las almas de los difuntos. Luchaba contra Satanás y espantaba a los demonios, escrutaba los corazones, agitaba las almas e iluminaba las mentes y predecía el futuro. Con él vemos que el Reino de los Cielos puede empezar aquí en la tierra.




Para los ateos:

1) Vivió en el siglo XX, lo que quiere decir que es un personaje que pertenece a la era de la tv, la fotografia, etc. Hay montones de documentos de su vida. No vale pues decir, que es alguien legendario o mitológico de la edad media o que no está probada su existencia, que es la primera cosa a la que os agarráis.

2) Muchos testigos de sus milagros aún viven (gracias muchas veces a esos milagros). Luego no vale desacreditar los testimonios de personas que es la segunda cosa de la que echáis mano los ateos.

3) El número de milagros, curaciones y fenómenos inexplicables es de tal magnitud y de tanta duración (50 años) que hay que excluir el fraude. Fué objeto de un ataque cruel y absurdo por parte de la misma iglesia, y salió reforzado.



Pero la mejor herencia del Padre Pío no fueron los milagros, su gran mensaje, fué explicar en medio del siglo 20, -el siglo del materialismo depredador- el valor del sufrimiento humano.

En nuestro tiempo, no entendemos el sufrimiento. Lo vemos algo absurdo y gratuito, que no tiene razón de ser. De hecho el misterio de la iniquidad (el mal y el sufrimiento) es uno de los mas incomprensibles para el hombre.

Pero Dios quiere, que el hombre venza a Satanás. Y el hombre se pregunta: ¿Por que no barre Dios el Mal del mundo con su fuerza omnipotente? ¿Por qué quiere Dios que sea el propio hombre apoyándose en el sacrificio de Cristo quien venza a ese cruel amo que lo mantiene en la esclavitud?.

La respuesta es porque si no es así, no existiría la libertad para el hombre, y el hombre ha de ser libre para que se cumpla el orden divino que es: "que todos los hombres están destinados a ser Hijos de Dios por Su amor a nosotros, para que disfrutemos en parte de Su Divinidad".

Creo que por el premio merece la pena hacer el esfuerzo de seguir a Jesucristo. La vida y obra del Padre Pío han servido para poner esta gran verdad de manifiesto.