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lunes, 25 de octubre de 2010

I Ching


El I Ching tradicionalmente, es considerado una arte adivinatorio. Por lo tanto es pecado para nosotros los católicos. En realidad lo que es pecado es sustituir a Cristo por cualquier ciencia o oculta o arte adivinatorio.

Los cristianos debemos, no obstante, conocer el alcance y peligrosidad de estas prácticas para movernos con soltura en este mundo de oscuridad.

En los tiempos actuales, cada vez hay mas jóvenes que practican todo tipo de rituales y ocultismo. Sabemos que eso es una puerta abierta al maligno. Y eso es precisamente lo que ocurre. Jóvenes sin experiencia ni conocimientos, y, por supuesto, sin Fe, se exponen a éstas prácticas esotéricas con resultados nefastos en muchos casos.

El I ching es originario de China y fue creado unos 4.000 años antes de Cristo.

Desde mi punto de vista, que comparto con Jung, el I Ching no es estrictamente un método de adivinación a la vieja usanza, pero eso lo explicaremos mas adelante.


ORIGEN DEL I CHING

En la literatura china se menciona a cuatro personajes como autores del método de adivinación I Ching o Libro de la Mutaciones como es también conocido: Fu Hsi, el rey Wen. El duque de Chou y Confucio.

Tras cientos de años de uso del I Ching en toda China y una serie de cambios y modificaciones, el oráculo es por fin reconocido como uno de los cásicos confucianos y llamado I Ching o Libro de la Mutaciones. Importantes decisiones se tomaban de los consejos del oráculo.

En el mundo occidental, los primeros contactos con el I Ching se remontan a las expediciones que los jesuitas hicieron a través de China en el siglo XVII.






RELACIÓN DEL I CHING CON LA ESFERA TRANSPSÍQUICA

En 1948 Carl Gustav Jung examina algunos aspectos particulares del pensamiento chino. A los conceptos de causa y efecto de la ciencia occidental y a la noción de voluntad divina del cristianismo, la mentalidad china contrapone:

            La observación de la realidad como una coincidencia de acontecimientos accidentales que en un momento dado asumen una determinada configuración, se vuelve el objeto y la razón misma de la experiencia adivinatoria.

Esta coincidencia “casual” de acontecimientos es precisamente lo que Jung define como “sincronicidad”. La sincronicidad considera la coincidencia de acontecimientosen el espacio y el tiempocomo significativa de algo más que un mero azar, ocurre una fusión entre acontecimientos objetivos y las condiciones psíquicas del observador.




LOS “AGENTES ESPIRITUALES”

Jung concluía reconociendo que la interpretación que él proporcionaba no se correspondía con la tradición China.
Esta última, siempre según las palabras de Jung, habría atribuido a la acción de desconocidos “agentes espirituales”.

Por que yo, que he practicado el I Ching debo decir que funciona. La capacidad que tiene el Libro de las Mutaciones de dar respuestas coherentes, no podía ser, para Jung, el resultado del lanzamiento de unas monedas. Debe de haber un alma que entra en contacto con aquellos “agentes espirituales” de la tradición China y cuya presencia irracional Jung percibía.


MODO DE UTILIZAR EL I CHING

Hay muchos libros de acceso libre que enseñan a utilizar el I Ching. Escribir aquí la metodología sería hacer mal un trabajo que ya está bien hecho en muchas ocasiones. Para ello os traigo 2 excelentes libros de mi biblioteca en Scribd. Para realizar las tiradas os recomiendo el primero de ellos. Ambos están al final de este post.




EXPERIENCIA PERSONAL CON I CHING

Por las razones que se han expuesto mas arriba, tengo la clara percepción de que el I Ching no es un método de adivinación cualquiera. Me consta que muchos filósofos e intelectuales de occidente lo usan.

En particular tiene un uso muy específico: cuando estamos ante un problema, ante una disyuntiva, un dilema, una bifurcación sobre la cual no sabemos por donde tirar, el uso del I Ching es recomendable. Por que algo opera con nuestra mente. Nuestra mente está trabajando en segundo plano para resolver el problema en el que nos hallamos inmersos.

El I Ching conecta con ese subplano donde la mente opera y es capaz de extraer una solución de forma simbólica a ese problema.




ADVERTENCIA

Para nosotros, los cristianos, el uso del I Ching está prohibido. Cuando un cristiano se encuentra ante un problema de la naturaleza expuesta mas arriba, debe pedir iluminación al Espíritu Santo.

No obstante, y en virtud de la terrible oscuridad que está cerniéndose sobre el mundo, los cristianos debemos conocer en profundidad las veredas oscuras por las que caminan muchas almas.

No olvidemos, que nosotros sí sabemos quiénes son esos “agentes espirituales” de los que habla la tradición china.








i ching completo                                                                                                                            

viernes, 8 de octubre de 2010

LA ESFERA TRANSPSÍQUICA


En el post anterior vimos que la Física es impotente para adquirir conocimiento fuera del ámbito de la Física. Parece de Perogrullo, pero había que explicarlo porque algunos “científicos” creen que ésta ciencia sirve para sostener los despropósitos del nuevo ateísmo.

Ahora me pregunto si es posible ir mas allá. Si la física, -y el resto de las ciencias naturales-, no nos sirven para estudiar nada que no sea natural; ¿cómo podemos abordar aquello que es sobrenatural?. ¿Existe alguna manera de conocer algo de ese otro lado sin caer en la superchería, en la magia o en el esoterismo?.

Para ello veamos una  Clasificación de la fenomenología extraña:

            -fenómenos paranormales o PSI
            -experiencias místicas y religiosas incluídos los milagros
            -alteraciones del espacio-tiempo y la materia (violación de las leyes físicas)

Hay que decir también, que para nosotros, -los creyentes-, los fenómenos extraños son de dos tipos:

Sobrenaturales: Procedentes de Dios
Preternaturales: Procedentes del diablo.



CARL GUSTAV JUNG

Jung, un psiquiatra, estudió este problema, veamos una pequeña biografía:

CARL GUSTAV JUNG: Psiquiatra y psicoanalista, discípulo de FREUD,  Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Tecnológica de Zúrich, padre de la Psicología Analítica, creador de la Teoría del Inconsciente Colectivo. Aunque al principio negaba la realidad de los fenómenos PSI al considerarlos como “efectos exteriorizados de complejos inconscientes”, posteriormente a través de experiencias personales admitió la posibilidad “de una realidad transpsíquica inmediatamente subyacente a la mente”. Colocaría las bases para una interpretación espiritualista del hombre y su naturaleza transcendental.



SINCRONICIDAD

Jung define el término Sincronicidad: una aparición simultánea de dos o más factores unidos por la significación y sin relación causal alguna entre sí; sería, por lo tanto, una coincidencia significativa.  En otras palabras, una sincronicidad es una especie de casualidad inexplicable, pero no obstante real.



Jung se inspiró, para crear el término sincronicidad, en Schopenhäuer, y más concretamente en su tratado “La intencionalidad aparente en el destino del individuo”.

El propósito de Jung, fue dar una base científica a los fenómenos paranormales, apoyándose en el concepto de sincronicidad descrito en una monografía titulada: Sincronicidad como principio de conexiones acausales.

Jung no escatimó rigor científico en sus conclusiones y antes de publicarlas tuvo cuidado de conversar con el propio Einstein. Incluso, el físico Wolfgang Pauli llegó a ayudarle personalmente a través de intercambios de ideas. En la formulación de Jung, la tríada clásica de la Física (espacio, tiempo y causalidad) debería ser completada con la inserción de un cuarto principio: la sincronicidad.


CONEXIÓN ENTRE LOS PROCESOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS

Después de diversos intercambios de opiniones con W. Pauli, quien aceptaba los argumentos psicológicos de Jung, ambos llegaron a la conclusión de que la causalidad (o conexión constante a través de causa y efecto) sería para la sincronicidad (o conexión inconstante a través de la contingencia o de la equivalencia o significación) así como una cierta energía indestructible; sería para un continuum espacio-temporal.


Jung afirma que habría, por lo tanto, una correspondencia de la teoría psicológica y de la física. La teoría de la física da explicaciones concretas, y la psicológica daría una equivalencia entre causalidad y sincronicidad, debido a factores a los cuales Jung llama Arquetipos. Estos se unirían a la causalidad, debido a que están dotados de transgresividad (capacidad de transgredir o alterar).

Ello se debe a que los arquetipos no se encuentran exclusivamente “en la esfera psíquica, sino que pueden presentarse también en circunstancias no psíquicas (equivalencia de un proceso físico con un proceso psíquico)”. Esta unión o equivalencia causalidad-sincronicidad sería contingente a la determinación causal, es decir, la sincronicidad acontecería debido a una situación causal, pero unida a ella por una ley que no es causal.

Los arquetipos, de esta forma, serían el fundamento de la probabilidad psíquica.





La dificultad en la comprensión de la Ley de la Sincronicidad reside sobre todo en la tendencia unilateral del hombre moderno occidental en suponer todo concepto contenido en una relación causa-efecto de su propio modelo científico.  


Fuentes:

Sobre sincronicidad, conferencia pronunciada en los encuentros Eranos
Svmma daemoniaca, J.A. Fortea
Exorcística. J.A. Fortea
Daemoniacum, J.A. Fortea
Viajando en el tiempo. Jenny Randles
Wikipedia (para los datos biográficos y bibliográficos)