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sábado, 21 de noviembre de 2009

Una Ciencia Oculta: La Cataptromancia


Para un católico como yo, practicar las ciencias ocultas es pecado. Y de los graves:

No recurras a fantasmas ni a espíritus ni te hagas impuro invocándolos. Yo el Señor tu Dios.
Levítico 19,31
(Dice el Señor) Yo volveré mi rostro contra el hombre que recurre imprudentemente a los fantasmas y a los espíritus, y expulsaré a esa persona de su pueblo
Levítico 20,6
Todo hombre o mujer de entre vosotros que invoque fantasmas o a espíritus será condenado a muerte. El pueblo los lapidará; su sangre caerá sobre sus propias cabezas.
Levítico 20,7

Pero también es verdad que conocer las ciencias ocultas, en principio no es malo. De hecho el propio Vaticano tiene en la Universidad Pontificia Lateranense una cátedra de Parapsicología (http://cms.pul.it/) encabezada por el Dr. Andreas Resch, teólogo y psicólogo del Instituto de Fenómenos Paranormales de Innsbruck. Como dato diré que éste doctor fue uno de los que certificó que los éxtasis de los videntes de Medjugorje eran auténticos.



Hay muchas ciencias ocultas. Muchas de ellas son técnicas de adivinación y otras son métodos de contacto con el mas allá. La cataptromancia se define como el arte de adivinación utilizando un espejo. En la antigüedad se usaban mucho los recipientes con agua o superficies metálicas para adivinar el futuro.

Pero la cataptromancia también es una técnica de contacto con el mas allá, y ésta es su parte más interesante.

Mi madre y mi abuela le tenían miedo (pánico diría yo) a los espejos. Mi madre me decía que no los mirara porque se aparecía el diablo. Para mí son un mundo fascinante. Asomarse a un espejo es como entrar en otro universo.

Para hacer una sesión de cataptromancia se requiere:

Un cuarto oscuro débilmente iluminado con luz difusa (15w), la suficiente para ver el espejo. El resto de la habitación tiene que ir en negro o colores muy oscuros.

Un espejo grande.

Un sillón muy cómodo y muy bajo frente al espejo, dispuesto de tal manera que veamos su superficie pero no nos veamos reflejados.

Lo de siempre: aislamiento, silencio, comodidad, fuera relojes y todo tipo de objetos, estar descalzos y no fijarse ningún tiempo límite.

Una persona ha de estar en otra habitación por si le “ocurre algo” al sujeto.



Desarrollo de una sesión con el Oráculo de los Muertos

No se usará la cataptromancia como técnica de adivinación, sino como método de contacto con entes del más allá. Por eso a éste lugar le llamamos, el oráculo de los muertos. Porque suelen ser fallecidos los que aparecen.

El sujeto ha de pensar de antemano con quien quiere contactar, y hacer acopio de recuerdos y objetos que evoquen al difunto.

El sujeto ha de pasar el día y la tarde recordando al difunto.

Hacia el crepúsculo, el sujeto debe introducirse en el oráculo de los muertos.

Sentarse en el sillón, relajarse y observar profundamente el espejo.

Esperar resultados.



Resultados de experiencias realizadas en cataptromancia con ésta técnica

Tiene una efectividad del 70% in situ.

Además, del 30% restante que no ve nada, una gran parte recibe visitas de entes del mas allá en los días sucesivos a la experiencia.

Durante la experiencia, el espejo desaparece

Los difuntos suelen salir del espejo y colocarse cerca del sujeto.

La comunicación es telepática, pero otras veces, los muertos hablan con una vos distorsionada o metálica.

En el 15% de los casos el sujeto llega a tocar a la aparición. En muchos otros casos la propia aparición prohíbe que se la toque.

Las apariciones son realistas (no sueños),
tridimensionales, inspiradoras y reconfortantes (no dan 
miedo)

En algunos casos el sujeto flota hasta introducirse dentro del espejo, y allí, en ese otro mundo de sombras, tiene lugar la aparición.

Los difuntos aparecen rejuvenecidos y libres de las enfermedades y taras que los atormentaron en vida.

En otras ocasiones el difunto esperado no aparece, y viene otro en su lugar. A veces vienen desconocidos.

Pero no nos engañemos. Muchas personas han practicado esta técnica de contacto y se han encontrado con “otras cosas” difíciles de explicar y no tan agradables: seres pequeños y oscuros que llenan la habitación, monstruos de pesadilla, demonios…



De modo que mucho cuidado con practicar estas cosas. Los cristianos no debemos hacerlo. Creo que debemos conocerlo, pero no practicarlo. La práctica de las ciencias ocultas, es una vía casi segura para terminar poseído o al menos con una influencia diabólica de por vida. Mucho ojo.