lunes, 6 de febrero de 2012

EL FUTURO DE ISRAEL: LIBRO DE LOS JUECES Y DE SAMUEL


MUERTE DE JOSUÉ

Josué murió con 110 años habiéndose mantenido fiel al Señor durante todo este tiempo.

“Josué, hijo de Nun, servidor de Yahvé, murió después de eso, a la edad de ciento diez años.
Lo sepultaron en el territorio que había recibido en el reparto, en Timnat-Sera, en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaas.
Israel sirvió a Yahvé durante toda la vida de Josué y durante toda la vida de los ancianos que sucedieron a Josué, pues habían visto todo lo que Yahvé había realizado en favor de Israel.”
(Josué 24, 29-31)

Dios constituyó a Israel en Nación Santa, en el pueblo elegido de Dios. Con el libro de Josué termina el relato de los orígenes del pueblo de Israel como pueblo elegido de Dios y conducido por El hasta la posesión de la Tierra Prometida.




LOS JUECES

Así pues la primera parte de la Biblia habla de:
-         
     -Los orígenes del mundo
-        -Los orígenes del hombre: el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios.
-        -Los orígenes del Pueblo de Dios: Prefiguración de la Iglesia.

Los Jueces son líderes carismáticos suscitados por Dios para salvar a su pueblo. Josué conquista Canaán y se encuentra con ciertas dificultades. Los Jueces harán de protectores.

Hay 12 Jueces pero la Biblia sólo nos cuenta la historia de 6:

Otniel
Gedeón
Ehud
Débora
Jefté
Sansón

Los otros 6 Jueces de los que no se habla son:

Barac
Tolá
Yaiv
Ibian
Elóm
Abdón

Los relatos de los jueces nos enseñan la siguiente verdad teológica:

“La inquebrantable lealtad de Dios contrasta con las reiteradas infidelidades de Israel”

El pueblo llama a Dios y una vez que Dios saca al pueblo de sus problemas, Israel vuelve a las infidelidades.  
El esquema de los Jueces es:

Pecado -> Castigo -> Arrepentimiento -> Salvación

Es en el fondo la historia de nuestras vidas. El libro de los Jueces es un llamado a la fidelidad.
El pecado es un rechazo consciente del amor de Dios. El castigo va implícito en el pecado, en el propio alejamiento de Dios. Dios espera ese arrepentimiento para acudir a salvarnos. La salvación consiste en recuperar esa alianza con Dios.
Si el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, a medida que nos alejamos de Dios, esa imagen se va distorsionando.
Dios, lo único que nos exige es fidelidad. Frente a la fragilidad de Israel, se resalta la misericordia de Dios.
Sin fidelidad, no hay alianza. El pecado es siempre el rechazo del amor de Dios.


LA CONQUISTA DE LA TIERRA DE CANAÁN

Los israelitas conquistaron la tierra de Canaán:

Josué había muerto. Los israelitas consultaron a Yahvé:
«¿Quién de nosotros, dijeron, subirá primero a atacar a los cananeos?»
Yahvé respondió: «Judá será quien subirá, pues he puesto el país en sus manos».
(Jueces 1, 1-2)

Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos de Yahvé y sirvieron a los Baales.
Abandonaron a Yahvé, al Dios de sus padres que los había sacado del país de Egipto y siguieron a otros dioses. Se postraron ante los dioses de los pueblos que los rodeaban, y atrajeron sobre ellos la cólera de Yahvé.
(Jueces 2, 11-12)

Pero los israelitas dieron culto a Baal. Las 12 tribus de Israel, en un momento dado, preguntaron a Dios quién debía ser el primero en luchar contra los cananeos. Los cananeos representan el mundo y los pecados contra los que debemos de luchar.

Al final Israel no conseguirá hacerse con la tierra, y serán llevados presos a Babilonia (Irak) donde serán escritos todos estos libros: Jueces, Reyes, Samuel.

Pero antes el proceso de Israel en Canaán fue:

Llegada -> Conquista ->Asentamiento -> Permanencia

Los dioses de los pueblos circundantes son:

Astarté -> Cuerpo, Razón, Gloria
Baal -> Dinero, Poder

Observando las estatuillas de éstos dioses, podemos observar, que cambiamos a Dios por auténticos horrores éticos y estéticos. Los israelitas se sentían atraídos a la idolatría propiciada por los cananeos idólatras, y olvidaron al Señor que los había sacado de Egipto. Dios se compadecía de ellos, y les enviaba Jueces para rescatarlos de las situaciones comprometidas en las que se enfangaba el pueblo de Israel.

“Yahvé, tu Dios, te introducirá en la tierra adonde vas y que pasará a ser tuya; arrojará delante de ti a muchos pueblos, al heteo y al guergaseo, al amorreo y al cananeo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo, siete naciones mucho más numerosas y poderosas que tú.
Cuando las entregue en tus manos y tú las derrotes, los exterminarás según la ley del anatema. No harás alianza con ellas ni les tendrás compasión.
No te emparentarás con ellas, dando tus hijas a sus hijos, ni tomando sus hijas para tus hijos,
porque seducirían a tus hijos para que me abandonen y adoren a dioses extranjeros, con lo que la ira de Yavé se encendería contra ustedes y luego los eliminaría.
Por el contrario, esto es lo que deben hacer: derriben sus altares y hagan pedazos las imágenes, arrasen sus bosques sagrados y quemen sus ídolos.
Eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. Yavé te ha elegido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que seas su propio pueblo.
Yavé se ha ligado a ti, y te ha elegido, no por ser el más numeroso de todos los pueblos (al contrario, eres el menos numeroso).
Más bien te ha elegido por el amor que te tiene y para cumplir el juramento hecho a tus padres. Por eso Yavé, con mano firme, te sacó de la esclavitud y del poder de Faraón, rey de Egipto.”
(Deuteronomio 7, 1-8)

Estas 7 naciones cananeas representan los 7 pecados capitales, que, no olvidemos, son mas fuertes que nosotros.


ESQUEMA DEL LIBRO DE LOS JUECES

1)     Los israelitas hacen el mal
2)      Claman al Señor, el cual se compadece, y les suscita un salvador.
3)      Israel descansa y alcanza de nuevo la paz
4)      Finalmente, Israel reincide en la infidelidad.
Enseñanza teológica -> Israel permanecerá en la tierra prometida mientras sea fiel. Cuando no lo sea, entonces le será retirado el favor de Dios.
Finalmente, los israelitas, no alcanzarán un nivel de suficiencia en fidelidad y como consecuencia de ello, no podrán vencer a los cananeos. Perderán la guerra de conquista en la que se habían embarcado.

“Los israelitas vivieron en medio de los cananeos, de los hititas, de los amoreos, de los fereceos, de los jeveos y de los jebuseos.
 Se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de aquellos, y sirvieron a sus dioses.”
(Jueces 3, 5-6)

“Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, estaban al servicio de dioses que no lo son realmente.
 Pero ahora, que conocen a Dios ?o mejor dicho, que son conocidos por él? ¿cómo es posible que se vuelvan otra vez a esos elementos sin fuerza ni valor, para someterse nuevamente a ellos?”
(Gálatas 4, 8-9)

“Se levantaron y subieron a Betel para consultar a Dios. Los israelitas preguntaron: «¿Quién de nosotros subirá primero para atacar a la gente de Benjamín?» Yahvé dijo: «Judá será el primero».”
(Jueces 20, 18)

A base de ser infieles, los israelitas se desunieron entre ellos. Esto pasa también en la familia y en la Iglesia. Al final Israel entra en guerra civil. La infidelidad rompe la comunión entre las personas. En aquel tiempo no había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía.

Después del libro de los Jueces, viene el libro de Rut, que es la bisabuela del rey David. Es una mujer extranjera en el reino de Israel, después viene el libro de Samuel.


SAMUEL

Los libros de Samuel comienzan con su nacimiento. Aquí Israel se transforma en una monarquía hereditaria. Es el mecanismo escogido por Dios para salvar a su pueblo

“Había un hombre de Ramátayim, un sufita de la montaña de Efraín, que se llamaba Elcana. Era hijo de Jerojam, hijo de Elijú, hijo de Tojú, hijo de Suf, de la tribu de Efraín.
 Tenía dos mujeres, una se llamaba Ana, la otra, Penina. Ésta había tenido hijos, pero Ana, no.
 Ese hombre subía cada año de su pueblo para adorar y ofrecer sacrificios a Yahvé Sabaot en el santuario de Silo; los dos hijos de Elí, Jofni y Finjas, servían como sacerdotes de Yahvé en ese lugar.”

“Ana le dijo: «Perdona, señor, tan cierto como que tú vives, señor, que yo soy la mujer que estuvo cerca de ti orándole a Yahvé.
Yo rezaba por este niño y Yahvé me concedió lo que le pedía.
Yo ahora se lo cedo a Yahvé para el resto de sus días; él será donado a Yahvé». Así fue como se quedó al servicio de Yahvé.”
(1 Samuel 1, 26-28)

“En el santuario de Siló había un sacerdote llamado Elí. En el santuario de Siló, nació la monarquía de Israel.
Ana soluciona sus angustias sólo con Dios. Ana le pide al Señor que le dé un hijo y ella a cambio se lo consagrará al Señor. Al quitarle el pecho sube a Samuel al templo a ofrecerlo al Señor.
Es importante que la monarquía nazca en el Templo.

“El joven Samuel servía a Yahvé bajo la mirada de Elí. En ese tiempo la palabra de Yahvé era muy rara y las visiones poco frecuentes.
Ese día estaba Elí acostado en su cama; sus ojos estaban tan débiles que ya no veía.
Todavía no se había apagado la lámpara de Dios y Samuel estaba acostado en el santuario de Yahvé, allí donde estaba el arca de Dios.
Yahvé lo llamó: «¡Samuel! ¡Samuel!» Respondió: «Aquí estoy».
Corrió donde Elí y le dijo: «Aquí estoy ya que me llamaste». Elí le respondió: «Yo no te he llamado, vuelve a acostarte». Y Samuel se fue a acostar.
Yahvé lo llamó de nuevo: «¡Samuel! ¡Samuel!» Se levantó y se presentó ante Elí: «Aquí estoy, le dijo, puesto que tú me llamaste». Elí le respondió: «Yo no te he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte».
Samuel no conocía todavía a Yahvé: la palabra de Yahvé no le había sido todavía revelada.
Cuando Yahvé llamó a Samuel por tercera vez, se levantó y fue a ver a Elí: «Aquí estoy, le dijo, ya que me llamaste». Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba al muchacho,
Y dijo a Samuel: «Anda a acostarte; si te llaman, responde: «Habla, Yahvé, que tu servidor escucha». Y Samuel volvió a acostarse.”
(1 Samuel  3, 1-9)

O sea, allí quedó Samuel sirviendo al Señor junto a Elí:
“Habla Señor, que tu siervo te escucha”

“Se inicia la etapa del pueblo en la que Dios dará a conocer su palabra al pueblo a través de los profetas que van a ser hombres que interpelarán al pueblo, a los reyes y a los sacerdotes.
Samuel declaró a todo el pueblo de Israel: «Si realmente ustedes quieren volver a Yahvé, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y las Astartés. Pongan su corazón en Yahvé y sólo sírvanlo a él; sólo así los librará de las manos de los filisteos».
Los israelitas se desprendieron de los Baales y de las Astartés para servir sólo a Yahvé.
Samuel añadió: «Reúnase todo Israel en Mispá: allí intercederé por ustedes a Yahvé».
(1 Samuel  7, 3-5)

“Samuel fue el juez de Israel durante toda su vida.”
(1 Samuel  7, 15)

“Cuando Samuel envejeció, estableció a sus hijos como jueces de Israel.
El mayor se llamaba Joel y el menor, Abiya; gobernaban desde Bersabé.
Pero sus hijos no siguieron su ejemplo, se dejaron seducir por el dinero, y en vez de hacer justicia aceptaban cohechos.
Todos los ancianos de Israel se congregaron en la casa de Samuel en Ramá.
Le dijeron: «Te has vuelto viejo y tus hijos no siguen tus pasos, ya es tiempo de que nos des un rey para que nos gobierne como se hace en todas las naciones».
Disgustó a Samuel que dijeran: «¡Danos un rey para que nos gobierne!» Samuel se dirigió entonces a Yahvé.
Pero Yahvé dijo a Samuel: «Atiende a todo lo que te dice este pueblo, porque no es a ti a quien rechazan sino a mí. Ya no quieren que reine sobre ellos.
Actúan contigo como lo han hecho siempre conmigo, desde el día en que los saqué de Egipto, cuando me abandonaron y sirvieron a dioses extranjeros.
Acoge su demanda, pero diles bien cómo mandará el rey que los gobernará».
(1 Samuel  8, 1-9)

Ahora el pueblo quiere un rey. El pueblo de Israel quiere que Samuel nombre a un rey invocando al Señor.
En este sentido, el rey de Israel, es figura de Jesús, llamado Cristo.
Samuel les nombra un rey:

“El pueblo no quiso hacerle caso a Samuel. Le dijeron: «No importa, queremos un rey.
Así seremos como todas las naciones, nuestro rey nos gobernará; irá al frente de nosotros y comandará nuestras guerras».
Samuel oyó todas las palabras del pueblo y las transmitió a Yahvé.
Yahvé dijo entonces a Samuel: «Hazle caso a ese pueblo y dale un rey». Y Samuel dijo a los hombres de Israel: «Váyase cada uno a su pueblo».
(1 Samuel  8, 19-22)

El riesgo mayor de la monarquía va a ser el afán de solucionar los problemas militares o sociales a margen, o en contra de, Dios. Igual que lo que ocurre hoy día.

“Ahora bien, la víspera de la llegada de Saúl, Yavé había hecho una revelación a Samuel:
«Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí».
(1 Samuel  9, 15-16)

Saúl fue el primer Rey ungido por mandato divino. Saúl salvará a Israel de los filisteos. El ungido es el representante de Dios para dirigir al pueblo. Mas tarde se ungirán los sacerdotes y profetas:

Cristo = Mesías = Ungido

“Samuel dijo a todo Israel: «Los he atendido en todo lo que me han pedido y les he dado un rey.
Pues bien, que el rey se encargue ahora de los asuntos de ustedes, porque yo ya soy viejo, tengo blancos los cabellos, y mis hijos están ahora con ustedes. Desde mi juventud y hasta el día de hoy he ido al frente de ustedes;”
(1 Samuel  12, 1-2)

En adelante la función de Samuel será puramente profética: se limitará a interceder ante Dios y a señalar los aciertos y los errores de Saúl y David. Finalizará así la etapa de los Jueces como precursores de la monarquía.


REFLEXIÓN FINAL

Viendo la historia del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, podemos observar, que es la historia de un fracaso. Israel no está a la altura de la tarea de Pueblo Elegido y va de fracaso en fracaso, hasta la metedura de pata final que consistió en errar el juicio con Jesús, y asesinar al hijo de Yahvé. Terrible. Es una desgracia, pero desde entonces, ese desgraciado pueblo no ha conocido el descanso ni la paz.

Después de dar tumbos por la historia durante 2.000 años, el pueblo de Israel regresa a Canaán, se encierra allí armado hasta los dientes (200 bombas atómicas más o menos reconocidas, pero probablemente tengan mas de mil). Ahora, una vez más, Israel tendrá que luchar por su supervivencia. Atacar antes de que te ataquen, matar o morir. Los palestinos (filisteos), babilonios (Irak) y Caldeos (Irán) resucitan de los confines de la historia y navegan por las cataratas del tiempo para convertirse en la mayor pesadilla de Israel.

Pero no olvidemos que Israel fue el pueblo elegido por Dios. Esto proporciona una impronta que no desaparece nunca. Por eso el pueblo de Israel ha sobrevivido a holocaustos, persecuciones y desgracias. Los judíos son inteligentes, trabajadores e influyentes. Forman parte de la élite mundial e influyen y tienen un poder sin igual, sin comparación a su número y riqueza. No desaparecerán, ni morirán nunca. El mundo no prevalecerá ni le sobrevivirá al estado de Israel. Antes bien, veremos como hacen desaparecer a todos sus enemigos.

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