lunes, 29 de marzo de 2010

LUNES SANTO

Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Amén.







Meditación



1)   El denominador común de la naturaleza humana es su fragilidad. Sin consistencia en sí misma, la naturaleza del hombre se quiebra fácilmente. San Pablo habla de vasijas de barro. Y el barro es quebradizo, inestable e inseguro. Nadie construye sobre barro pues sabemos el riesgo que conlleva. Y si, a esta fragilidad natural añadimos la espiritual, nuestro pecado, el resultado es una extrema debilidad, fragilidad e inconsistencia.


2)   Sobre esta doble fragilidad humana, la natural y la espiritual, estamos llamados a construirnos como personas y como creyentes. Tarea en sí misma imposible. A las primeras de cambio, nuestra edificación humana se viene abajo. De ello tenemos harta experiencia. Somos inestables en nuestros propósitos, sucumbimos a la tentación, nos puede nuestro carácter, fallamos en nuestros compromisos.


3)   Ante esta realidad, La Iglesia suplica hoy al Señor en la Oración litúrgica: “Mira la fragilidad de nuestra naturaleza”. Le pide que tenga piedad de nosotros y, especialmente, que nos ayude a construirnos como personas cristianas sobre la roca que da estabilidad a nuestra edificación: la Pasión de Jesucristo. Por eso le decimos hoy al Padre: “levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo”. Él, Jesucristo crucificado, es la roca sobre la que hemos de construirnos.





Pregúntate si asumes tu debilidad natural y espiritual o lo haces sobre la roca que es Cristo crucificado.





Súplica

Señor Jesucristo, que para fortalecer nuestra debilidad natural y espiritual, abrazaste voluntariamente el camino de la Pasión, aceptando morir crucificado, pon tus ojos en mi pobre persona, mira mis limitaciones, debilidades, fragilidades e inconsistencia.

Fíjate en mi incapacidad de construirme como hombre nuevo a tu imagen; fíjate en mi deseo de dejarme construir por ti, como el barro es modelado por las manos del alfarero. Pero, al mismo tiempo, fíjate también en la resistencia que pongo a tu acción en mí.

Que la fuerza de tu pasión y muerte fortifique mi voluntad débil e insegura para que pueda construirme sobre ti, siendo, en tus manos, un vaso nuevo. Amén.


Jaculatoria: “Sé Tú la roca de mi vida, Señor”

5 comentarios:

Angelo dijo...

Las veces que me atrae esa imagen de San Pablo de que somos vasijas de barro llevando un tesoro. Hace que el mismo tesoro adquiera un valor mayor. Hace que sienta la indignidad de albergarlo. Me ha encantado la súplica que corona este post. Que el Señor te bendiga con abundantes gracias que emanan de su corazón traspasado. Un abrazo.
P.d.: La seguridad de mis oraciones por una Semana Santa que renueve nuestro espíritu.

Anónimo dijo...

Que razon lleva el texto, que debiles somos a veces, clro que nos proponemos y nos proponemos ser mejores, pero al final siempre terminamos claudicando ante nuestra debilidad.

He estado estudiando un poco lo de la Semana Santa y me he emocionado, sorprendido, alterado, de saber que hace muchisimos anyos alguien sufrio asi, de esa manera por los demas, por todos sin escpcion. Me siento un poco vil al pensar ene sto y en lo que nos hemos apartado en este mundo de todo aquello. Me entristece tanto pensar que hay gente que como yo no se dio cuenta antes, que hay gente que lo olvida o ignora a sabiendas. A vece me averguenzo profundamente, bueno, llevo semanas avergonzandome profundamente de mi misma en silencio. Es dificil de explicar, porque siento dolor y a la vez alivio de poder por fin entrever un poquito que narices hago aqui.

Bueno, como siempre un poco de lio. Ainsss

Un abrazo Juanjo, que bueno que ya posteaste!

Guerrera de la LUZ dijo...

A Dios se le cae la baba cuando reconocemos nuestra debilidad, así es como puede venir, porque la soberbia del que se cree autosuficiente le espanta.

Oceánida, no te sientas mal... al revés, siente el abrazo y gózalo.

Besos a todos.

Precioso Juanjo, gracias cielo. Hay por ahí una canción muy bonita, que se llama "un vaso nuevo".

Anónimo dijo...

Me he levantado con una alegria en el cuerpo...

Juanjo estas dando un ejemplo increible, aqui y en el blog de Guerrera.

Un abrazo mananero!!

Juan dijo...

Angelo, Oceánida y Guerrera:

Gracias por vuestras palabras y cariño. Para mí sois mis hermanos.

Oceánida:

Cuando uno empieza a preguntarse qué hace aquí...ya no hay remedio. Eso es que Jesús ha tomado el empeño personal de que le sigas con todas las consecuencias.

Enhorabuena. Has comenzado un camino espiritual, sin duda lleno de dudas y altibajos, pero cuya meta final solo puede estar en lo mas alto. Alégrate. Dios mismo se ha propuesto tomarte bajo Su Amparo.