lunes, 13 de diciembre de 2010

RETIRO ESPIRITUAL: MEDITACIÓN 4

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí. Que me ves, que me oyes., te adoro con profunda reverencia. Pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi padre y señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.

Los caminos que Dios se traza para venir a los hombres son caminos de amor, Dios es amor, y siempre viene por ese sendero. Un sendero en el que siempre acierta, porque, en efecto, se le puede rechazar, pero para nosotros el sabernos amados por Dios es el motor primero. Por experiencia propia o ajena, en casos recientes e históricos, uno se queda admirado, de cómo Dios toca el alma de sus criaturas. A la vez con un gran respeto. Respetando la libertad de las almas. El señor llama, a nuestra puerta, esperando a que “si alguno me abre, entraré y cenaré con él”. Para los judíos, cenar es un acto que sólo se hacía con la familia o los muy cercanos. Y ya que estás aquí con el señor, pídele un corazón sabio, como hizo el rey Salomón.



La sabiduría no es saber muchas cosas, sino sólo las que importan para alcanzar la salvación: el que se salva, sabe y el que no se salva, no sabe nada. Durante siglos se nos ha transmitido que la santidad es camino de unos pocos que se apartan del mundo. Sin embarga todos los caminos de la tierra son ocasión de encuentro con Dios: el camino del sufrimiento, el camino de la dicha, el camino del triunfo y el camino del fracaso.

Un joven francés, de clase alta, tuvo unos padres que se dedicaban a ir de fiesta en fiesta y tenían abandonado a este joven. Al final este hombre padeció de soledad, falta de afectos, buscó unos amigos, se echó una novia. Nada le llenaba. Con 21 años tuvo una desgraciada ocurrencia con los amigos: iban a comprar un velero y a dedicarse a navegar. No hay dinero para la compra del barco, y no se les ocurre otra que atracar un banco. El atraco sale mal. Matan a un guardia y le echan la culpa a este joven. Es juzgado y condenado a muerte en la guillotina. El joven, en la cárcel se convierte a Jesucristo. Empieza a hacer apostolado con otros presos. Deja un diario precioso de su proceso de conversión. Finalmente es ejecutado y hoy está en proceso de canonización.



Esta historia ilustra que Dios nos encuentra en cualquier sitio. Incluso en la guillotina. Acordaos de los dos ladrones crucificados al lado de Jesús. Allí, culpables los dos, con igual condena los dos, a la misma distancia de nuestro señor, y sin embargo, uno escoge la vida y el otro la muerte. Es la libertad, Dios no condena. Nos condenamos nosotros, y lo sabemos.

Soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio y descubrí que el servicio es alegría.

Un peligro que nos acecha. El dr. Jekyll intentó demostrar que el bien y el mal se pueden separar en el ser humano. Inventó una medicina que –el piensa- es capaz de hacer eso que dice. El resultado es catastrófico y nace Mr. Hyde, el lado más oscuro y perverso de su personalidad.



Por la mañana el dr. Jekyll es un personaje encantador y lleno de bondad. Un médico que cura. Pero tras la cena, durante el paseo nocturno, surge mr. Hyde que es un asesino en serie.

Muchos de nosotros nos comportamos así en nuestra propia casa. Fuera de ella somos como el dr. Jekyll, y cuando volvemos a ella somos como mr. Hyde. Esto es muy frecuente y provoca grandes sufrimientos. Así pues un hijo de Dios debe llevar una sola vida. Debemos hacer pasar toda nuestra vida en la tierra por el corazón de Jesús, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra existencia ha de pasar siempre por Jesucristo. Jesús debe ser la medida de nuestra vida, y no, nosotros mismos. Cuando se estaba celebrando el proceso de canonización de san Josemaria, se dijo de él que era una persona que no hacía nada de modo indiferente.

En los años 30 san Josemaria era capellán de un hospital de incurables. Se había ganado a todos los enfermos. Les hablaba de dios, les confesaba.



Cuando el papa estuvo recientemente en Barcelona, se cruzaron los seguidores del papa con una manifestación de ateos. Estas personas se quedaron admiradas de la alegría y el entusiasmo de los que seguían al santo padre. Su frialdad se quedó muda viendo la alegría del cristiano, y así se lo dijeron algunos de ellos a los periodistas que allí estaban.

Tenemos que matar a mr. Hyde, a ese indeseable que solo sabe hacer el mal. Y vivir con alegría del que se sabe hijo de Dios. Para que tu vida, le hable a los demás de Jesucristo.

Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones, que me has comunicado en esta meditación, te pido ayuda para ponerla por obra. Madre mía inmaculada, San José mi padre y señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.

4 comentarios:

NEKA dijo...

Una pregunta Juanjo ¿esto sale de ti o transcribes?
Y por último
¿sabes cuanto tiempo paso desde que el chico este Francés fue detenido hasta que fue ejecutado? si hoy está en proceso de canonización me podías decir el nombre para echar un vistazo.
Bueno si me respondes que no me tomas en serio y no me haces caso.

Juan dijo...

Hola Anita:

No, evidentemente no sale de mi. Son meditaciones impartidas por un sacerdote que dirigió un retiro al que asistí el pasado Noviembre.

Tomé las meditaciones con una grabadora, y luego las transcribí editando el contenido, pues había muchas perífrasis y expresiones que son válidas en el lenguaje hablado, pero no quedan bien en el escrito.

Por lo demás son un reflejo fiel de lo que se dijo. Creo que son unas meditaciones que están muy bien, deseo que otras personas las lean y por eso van a ir una detrás de otra en forma de post.

El joven ese de ésta meditación, es de mediados del s. XX. Ten en cuenta que en Francia hubo pena de muerte (con guillotina) hasta finales de los años 60..

Theo dijo...

Hola Juanjo. Me toca apuñalar a Hyde los findes sobre todo. Tus meditaciones me ayudan.Gracias.

Theo dijo...

¡Muy Feliz Navidad hermano!