sábado, 26 de febrero de 2011

LA ASCENSIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

INTRODUCCIÓN

Recordemos que la Virgen María es humana. Es decir, una mujer como tantas, aunque con características especiales. Recordemos a su vez, que -como veremos en el siguiente relato-, no murió, si no que que fué ascendida a los cielos en cuerpo y alma. De ahí la festivid ad de "la ascensión".

Recordemos también que la Virgen María es la Reina de los ángeles. Es decir, la que tiene mas poder en el Cielo, después de la Santísima Trinidad. Nadie va al Padre sino por el Hijo, y nadie va al Hijo sino por la Virgen María.

Finalmente, reparar en la escena de la Jerusalén Celestial, que descenderá a la tierra, en los tiempos del apocalipsis. Recordemos que, si morimos antes del fin de los tiempos estaremos (condenados o no) en alma en el mas allá. Pero, tras el fin de los tiempos, volveremos a tener un cuerpo humano (sin taras, pero cuerpo al fin y al cabo). Tanto los condenados como los que no. Los condenados sufrirán con un cuerpo material (pensar bien en este extremo y extraer consecuencias), y los que se salven, también disfrutarán de la Gloria eterna con un cuerpo material (reflexionar este punto con detenimiento).


VISIÓN DE ANNA CATALINA


Los Apóstoles habían formado un altar en el Oratorio que estaba cerca del lecho de Santa Virgen.La sirvienta había traído una mesa cubierta de blanco y de rojo, sobre la cual brillaban lámparas y cirios encendidos. María, pálida y silenciosa, miraba fijamente el cielo, a nadie hablaba y parecía arrobada en éxtasis.

Pedro se acercó a Ella y le administró la Extremaunción, poco mas o menos como se hace en el presente, enseguida le presentó el Santísimo Sacramento.

La Madre de Dios se enderezó para recibirlo y después cayó sobre su almohada. Los Apóstoles oraron por algún tiempo, María se volvió a enderezar y recibió la sangre del Cáliz que le presentó Juan. 

En el momento en que la Virgen recibió la Sagrada Eucaristía, vi que una luz resplandeciente entraba en Ella y que la sumergía en éxtasis profundo. El rostro de María estaba fresco y risueño como en su edad florida. Sus ojos llenos de alegría miraban al Cielo. Entonces vi un cuadro conmovedor;  el techo de la alcoba de María había desaparecido y a través del cielo abierto, vi la Jerusalén Celestial.

De allí bajaban dos nubes brillantes en la que se veían innumerables ángeles, entre los cuales llegaban hasta la Santísima Virgen una vía luminosa. La Santa Virgen extendió los brazos hacia ella con un deseo inmenso, y su cuerpo elevado en el aire, se mecía sobre la cama.




y le mostró la Tierra bajo sus pies como si confiriese sobre Ella algún Poder Celestial. Así la vi entrar en la Gloria y olvidé todo lo que pasaba en torno de María sobre la Tierra. Después de ésta visión, cuando miré otra vez a la Tierra, vi resplandeciente el cuerpo de la Santísima Virgen. Reposaba sobre el lecho, con el rostro luminoso, los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho.

Los Apóstoles, discípulos y santas mujeres, estaban arrodillados y oraban en derredor del cuerpo.  Los Apóstoles y los discípulos se taparon la cabeza con la banda de tela que llevaban alrededor del cuello y celebraron un oficio funerario.

Vi que una muy ancha vía luminosa bajaba del cielo hacia el sepulcro y que allí se movía un resplandor formado de tres esferas llenas de ángeles y de almas bienaventuradas que rodeaban a Nuestro Señor y el Alma resplandeciente de María. 

La figura de Jesucristo con sus rayos que salían de sus cicatrices ,ondeaban delante de la Virgen. En torno del Alma de María, vi en la esfera interior, pequeñas figuras de niños, en la segunda, había niños como de seis años y en la tercera exterior, adolescentes o jóvenes; no vi distintamente más que sus rostros; todo lo demás seme presentó como figuras luminosas resplandecientes. Cuando ésta visión que se me hacía cada vez más y más distinta hubo llegado a la tumba, vi una vía luminosa que se extendía desde allí hasta la Jerusalén Celestial. Entonces el Alma de la Santísima Virgen que seguía a Jesús, descendió a la tumba a través de la roca y luego uniéndose a su Cuerpo que se había transfigurado, clara y brillante se elevó María acompañado de su Divino Hijo y el coro de los Espíritus Bienaventurados hacia la Celestial Jerusalén. Toda esa Luz se perdió allí, ya no vi sobre la Tierra más que la bóveda silenciosa del estrellado Cielo.


EXTRAÍDO DE LAS VISIONES DE ANNA CATALINA EMMERICK

11 comentarios:

Alhami dijo...

.


...una visión fascinante y extraordinaria de la ascensión... realmente sublime

Gracias por compartirla

Saludos y buen finde

Isaak dijo...

Una preguntica sólo, que es que me hago un lío: dónde queda resguardada el alma de un enfermo de alzheimer mientras dura la enfermedad?

Saludos cordiales.

Juan dijo...

En un enfermo de Alzheimer lo que esta enfermo es el cuerpo. Al alma no le pasa nada. Al no ser consciente de si mismo o de sus actos, no hay culpabilidad, no peca. Cuando muere el espíritu se libera del cuerpo enfermo, que se corrompe.

En ese momento comparece en el juicio particular y recibe su retribución.

Las almas no estan resguardadas en ninguna parte. Estan atadas al cuerpo hasta el día de la muerte.

Ya se que esto te suena cuento chino, pero te publico el comentario y la respuesta para que otros la lean.

Alfonso dijo...

Bueno, Juanjo, al menos reconoces que a alguna gente esto le suene a cuento chino. Tu ser racional así te lo dice, se resiste a aceptar que el orden natural de las cosas tenga que ser necesariamente alterado.

El inconveniente surge cuando se cambia la capacidad de raciocinio por el dogma de fe, por la obligación de creer un cuento chino porque así me lo dicta mi religión, obviando cualquier otra explicación por natural, lógica y sencilla que parezca.

Yo también tengo otra preguntita, si no es molestia: Según afirmas, al final de los tiempos, volveremos a recuperar nuestros cuerpos de carne y huesos, que, se supone, por muy perfectos que sean, estarán sometidos a las sensaciones físicas normales pues, como se asegura, padecerá tormentos en el infierno y gozo inenarrable en la gloria. Y todo esto eternamente. La pregunta es: Si esos cuerpos serán "normales", tal como los entendemos ahora ¿cómo se las arreglarán para vivir toda la eternidad sin deterioro? ¿de qué manera se podrá evitar el hastío psicológico que producirá estar eones padeciendo o gozando constantemente? ¿podrán subsistir sin el necesario alimento que todo cuerpo naturalmente constituido requiere? ¿son estas preguntas muy difíciles para un católico que quiere conservar un mínimo de racionalidad en sus contestaciones? ¿el orden natural de las cosas se contradice con el desorden y el caos que provoca el dogma en la resolución de las ideas? ¿me publicarás el comentario y las respuestas para que otros la lean?

Juan dijo...

Debo haber bebido mas de la cuenta para publicar vuestros comentarios.

En el juicio particular no se recupera el cuerpo físico. Tras el juicio final si se recupera aunque libre de taras físicas o psíquicas. Por ejemplo los amputados recuperan sus miembros, los esquizofrénicos obtienen un cerebro normal, y en general todos recuperamos nuestro cuerpo libre de enfermedades.

Esto también vale para los que se condenen. De modo que el rollo ese de que el infierno es un estado mental, etc, es una verdad a medias. Tras el juicio final los condenados sufrirán con un cuerpo real...

Yo no tengo ningún problema en creer esto. Es una creencia y punto. Cabe la posibilidad de que me engañe, pero en eso consiste la fe, en creer en algunas cosas sin pruebas, y en otras solo con indicios.

Por ejemplo 11 millones de ingenuos ( vamos a dejarlo asi) creyeron a un tal zp cuando prometio pleno empleo (se oyen las carcajadas). Y que íbamos a superar a Francia y a Alemania. Mas de uno de esos hoy vive gracias a cáritas.

En fin esto seria interminable. Pero, creeme, me lo estoy pasando en grande.

Alfonso dijo...

¿Quieres decir, en tu primer comentario, cuando dices que deberías estar borracho por habernos publicado los comentarios, que cuando escribes lo que escribes estás totalmente sobrio? Porque si de alucinar se trata, no sé quién gana a quien…

Vale, aclarado lo de que en el juicio particular aun no tenemos un cuerpo físico porque se entiende que acabamos de diñarla. Después, con el paso del tiempo, cuando suenen las trompetas del Apocalipsis y a los que aun siguen vivos se les venga encima todas las calamidades celestiales y toda vida quede arrasada sobre la faz de la Tierra, sobreviniendo el juicio final, será cuando se dé la resurrección de los muertos, cada uno con el cuerpo que tenían, sin taras, sin enfermedades, con un cerebro funcionando a pleno rendimiento, ¿no?...

Pues es una putada… Porque digo yo que para qué quiero estar hecho un pincel, fuerte como un toro, con un cerebro del copón (perdón), sin una mala peca que afee mi piel, si después me voy a pasar toda la eternidad tostándome a lo bestia. Digo yo, que con recuperar el cuerpo que dejaré al morir, con sus chocheos, achaques y limitaciones físicas, pues ya sería suficiente castigo, ¿no?...

En eso los católicos jugáis con ventaja, porque si encima de recuperar el cuerpo de un efebo estaréis disfrutando en cuerpo y alma por toda la eternidad solo porque creéis en un montón de cosas que os contáis unos a otros a cual más estrambótica y disparatada, pues vaya gracia ¿no?... Y, además, con la exclusiva de que los disparates católicos son más auténticos que los disparates de las demás confesiones cristianas, que superan ya las 30.000. Y ya no hablo de musulmanes, judíos, hinduistas y la pléyade de tantas miles de religiones como en el mundo son. En fin, que es una suerte ser católico, ¿no?...

Pues con lo de que el infierno es un lugar físico, que no mental, estáis desautorizando a quien tiene la facultad de hablar “ex -cátedra” y que dentro de poco lo reverenciéis como un santo.

Dices: “Yo no tengo ningún problema en creer esto. Es una creencia y punto. Cabe la posibilidad de que me engañe, pero en eso consiste la fe, en creer en algunas cosas sin pruebas, y en otras solo con indicios.”

Toda una declaración de principios. Y nunca mejor dicho. Así es, en eso consiste la fe, en auto-engañarse, en creer en cosas sin pruebas.

Y a pesar de ello tratáis de imponer esa misma aberración a los demás. A eso se le llama evangelizar, ¿no?...

Para mi son tan ingenuos los que creen en ZP, como los que creen en Rajoy, como los que creen en la incorruptibilidad de Camps, como los que creen, como Cospedal, que el PP es un partido obrero, como los que creen que el PSOE también lo es, como los que creen que ningún político del PP está enfangado con la Gürtel, como los que creen que cuando el PP gane las elecciones se acabará el paro y limpiará el país de corruptelas varias, como los que creen que los políticos de la derecha son más honestos que los políticos de las ¿izquierdas?, como los que creen que los políticos de las ¿izquierdas? Son más honestos que los políticos de las derechas, de los que creen…

Ese es nuestro problema, Juanjo, demasiadas creencias y demasiados a creer en lo primero que le pongan por delante. Tú lo has dicho bien claro: “Cabe la posibilidad de que me engañe, pero en eso consiste la fe, en creer en algunas cosas sin pruebas, y en otras solo con indicios”. Pues todo el que se acerca a una urna, vote lo que vote, está animado por esa creencia. Así que tú me dirás que diferencia hay con lo tuyo…

Pues me alegro de que te lo estés pasando en grande. De eso se trata, de que empieces ya a saborear lo que será pasárselo en grande por toda la eternidad. Casi na…

Al menos, te hemos alegrado el blog, porque por lo que veo, a pesar de tus esfuerzos, no es que los comentarios se prodiguen mucho.

De nada…

Juan dijo...

Te he publicado el comentario para que no se diga que censuro. Empiezas bien, pero a partir del segundo comentario se te va la olla.

La Fe es una experiencia personal, inefable, instransferible. Es difícil hacérselo ver a un ateo.

Tener Fe no es autoengañarse como dices. Yo soy una persona racional y construyo razonamientos como otra cualquiera que no tenga Fe. La diferencia es, que ante las grandes preguntas que nos hacemos: Quién soy, de donde vengo, adónde voy y por qué estoy aquí; elaboro una respuesta global. Holística como dicen los sabios.

Y no la elaboro porque estoy chalado y me da por ahí. La elaboro ante una experiencia personal que es la creencia en Jesucristo, que fué un personaje real, histórico y cuyos hechos están apoyados por documentos.

Esto es lo realmente importante en la fe del cristiano. La creencia en Jesucristo como hijo de Dios vivo.

Quiere decirse que la única diferencia entre un ateo y un creyente, es que el creyente cree que vivirá una realidad postmortem diferente a la del ateo.

Pero algunos ateos, piensan que deben emprender una especie de kale borroka contra el hecho religioso. Si esto fuera por una defensa a ultranza del pensamiento científico, tendría alguna explicación, que no justificación. Pero la mayoría de los ateos militantes carecen de instrucción científica. Muchos de ellos ni siquiera han pisado la universidad.

Si la impostura de esos ateos fuera debida a una cuestión personal, filosófica, vital, sería absolutamente respetable; pero ese tipo de gente es tolerante y respetuosa. Y vosotros no lo sois.

De modo que tengo la sensación de que -a menos que me convenzas de lo contrario-, de que el debate es flojo, las intenciones bastardas y el resultado poco enriquecedor para mi.

Pero todo esto me da igual. De hecho todavía me pregunto porque estoy escribiendo esto. Lo hago porque los cristianos tenemos el deber moral de dar testimonio a los que están en la oscuridad, aunque no nos guste.

Y si tuvimos un éxito sin precedentes con Adela, habría que preguntarse si fuera posible repetirlo con alguien.

Pero el éxito en una conversión (y la de Adela ha sido de libro, deslumbrante) no es de nosotros. La guerrera y yo hicimos lo que pudimos, pero al final es Dios quien envía su gracia. No desesperes. Quizás antes de morir tengas esa fortuna.

Juan dijo...

Bueno, ya se me pasó la intoxicación etílica.

Anónimo dijo...

Juanjo, vosotros y muchos blogueros mas fuisteis muy especiales en mi conversion. Incluso cuando os trataba mal y pensaba que yo tenia la razon absoluta, me burlaba y no os dejaba en paz. ( A quien me pareceria...)jaja

Pd.-cuando sea me levantais el arresto, por lo visto no soy yo suficiente capaz para dejar de ir donde me tratan mal y se burlan constantemente de mi Fe. Un fuerte abrazo Juanjo, estoy deseando veros en Madrid! Mil besos.

Juan dijo...

Gracias por comentar Adela. Bueno, cada cual es libre de ir donde quiera y con quien quiera.

Dentro de esa cloaca habitan seres muy dispares. No todos son igual de perversos. Hay un satán lleno de furia (puedo demostrarlo) y hay otros que yo diría que están pensándoselo. Pero bueno, al final esto son cuestiones personales, y cada uno debe elegir su propio camino. Aquí nos veremos, hermana. Un abrazo.

Anónimo dijo...

lo unico que se sabe hasta el momento fue que jesus murio en la crus por nosotros los pecadores digan lo que digan solo hay que esperar que pasara en el juicio final auque creo y siempre e dicho es que cada quien se condena por sus propios actos nadie ba a pagar por otro