miércoles, 2 de febrero de 2011

LOS COROS ANGÉLICOS

EL PRIMER CORO: LOS ANGELES CUSTODIOS

Los ángeles custodios toman a su cuidado las almas que se les confían. El número de ángeles es tan grande, que ninguno de ellos ha tomado a su cargo un alma, vuelve a ser destinado a cuidar otras, si ha llevado la primera a la salvación.




EL SEGUNDO CORO: LOS ARCÁNGELES

Estan subdivididos en varios órdenes. De este coro se derivan los 7 espíritus que están ante el Trono de Dios para ejecutar las órdenes del Altisimo. Los arcángeles asisten a los mártires y a los cristianos que sufren persecución.





EL TERCER CORO: LAS VIRTUDES

Los ángeles virtudes forman el tercer coro. Dios da estos ángeles a aquellos hombres que con toda voluntad y perseverancia trabajan en su propia santificación y usan toda mortificación exterior e interior para lograr la salud y salvación de su propia alma. Algunos pecadores convertidos, reciben uno de éstos ángeles.




EL CUARTO CORO: LAS POTESTADES

Con pocas excepciones, éstos ángeles sirven sólo a los sacerdotes. Delante de ellos huye el diablo. Ellos ayudan a los sacerdotes en sus ministerios. Especialmente en la recitación del breviario deben invocarse a las potestades. Los confesores de monjas tienen siempre un ángel potestad.




EL QUINTO CORO: LOS PRINCIPADOS

Cada parroquia tiene un ángel de los principados. Ellos ruegan día y noche de rodillas ante el Santísimo por los fieles de la parroquia. Ellos cuidan de que los enfermos reciban los Sacramentos y los niños no mueran sin bautismo. Conocen a todos los fieles de la parroquia. Ellos piden perdón a Dios por cada escándalo que en ella se produce. Interceden por la tibieza de los fieles. La veneración a éstos ángeles trae gozo en la oración y perseverancia en la plegaria.




EL SEXTO CORO: LAS DOMINACIONES

Son los ángeles que da Dios a los que han de enseñar, bien en la cátedra, bien en el confesionario, cuando se trata de propagar el reinado de Dios sobre la tierra.

Son custodios de los abades y seminarios. Se les invoca para convertir a incrédulos y herejes, y también católicos tibios..




EL SÉPTIMO CORO: LOS TRONOS

Cada diócesis, cada reino, cada orden religiosa tiene un ángel del coro de los tronos, Ofrecen al Todopoderoso las preces de sus reinos. Todos los actos de abnegación, sacrificios, privaciones.




EL OCTAVO CORO: LOS QUERUBINES

Son las espadas de Dios. Son la personificación de l celo por la gloria de Dios. Juanto al trono del Papa siempre hay 4 querubines. Un querubín echó a Adán del paraíso terrenal. Deben ser invocados en las tentaciones contra la Fe, contra la pureza y contra la castidad.




EL NOVENO CORO: LOS SERAFINES

Honran, aman y alaban sin cesar a Dios. Son el coro mas alto. Arden eternamente sin consumirse. Han sido creados para amar al Todopoderoso por toda la eternidad.










Los Santos Angeles                                                                                                                            

3 comentarios:

Theo dijo...

Hola. Que interesante es el mundo angélico. ¿es cierto que los sacerdotes tienen dos ángeles de la guarda?.Gracias.

Anónimo dijo...

Estaba buscando hace tiempo historia sobre los Angeles y encontre varios sitios pero creo que todos eran relacionados con la supercheria. Hay que tener mucho cuidado con eso.

Gracias por toda la informacion, siempre me atrajeron muchisimo.

Are you be ready to JMJ???
Como va todo?

Un abrazo y que Dios te bendiga.

Pd.- He de decirte que me siento muy orgullosa de ti. Creo que sabes porque.

Juan dijo...

Gracias a los dos por comentar.

Theo: Ayer salió el tema de los ángeles en el programa de Iker Jiménez. Tratado con bastante ignorancia, pero venían unos casos interesantes que prueban indirectamente su existencia.

Adela: Ya tenemos gente de usa que va a venir a mi casa, pero todavía hace falta mas sitio para la gran cantidad de peregrinos que van a llegar.

No soy personaje yo muy ejemplar que digamos para sentir orgullo, pero gracias de todos modos. Si echo la vista atrás en estos dos últimos años, pocas cosas hay que hayan merecido tanto la pena como tu conversión. Es una gran alegría para mí, y para otros que tu conoces.