Si no tienes un exorcista a mano, prueba a rezar esta oración a la Reina de los Ángeles. Tiene el valor de un exorcismo contra los ataques diabólicos.
Esta oración fue dictada por la propia Virgen, el 13 de enero de 1863 al Padre Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María, en la localidad francesa de Anglet. Su objetivo: combatir y derrotar a las potencias del infierno. El sacerdote acababa de tener una visión de los "destrozos indescriptibles" causados por los demonios en la tierra.
Recomendada por el Papa Pío IX y enriquecida de indulgencia por los también pontíficesLeón XIII y San Pío X, dice así:
"Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles, tú que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, te pedimos humildemente que envíes tus legiones celestes para que, bajo tus órdenes y por tu poder, persigan a los demonios, los combatan en todas partes, repriman su abundancia y los echen al abismo. "¿Quién como Dios?".
"¡Oh! buena y dulce Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza, ¡Oh! divina Madre, envía a los Santos Ángeles para defendernos y apartar lejos de nosotros al cruel enemigo".
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