sábado, 3 de abril de 2010

Sábado de Gloria

Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Amén.


 




Meditación

   1)     Bonita expresión de la Oración litúrgica de este día: “Oh Dios, que iluminas esta noche santa”. La noche significa oscuridad y sufrimiento, purificación y vacío. En la noche camina y vigila el alma enamorada aguardando la llegada del Amado. San Juan de la Cruz nos lo explica teológicamente diciendo: “He buscado al Amado en mi alma, busquéle y no le hallé…Por las calles y plazas buscaré al Amado de mi alma…Busquéle y no le hallé”. Por eso suspiraba: “¿A dónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?” Y en la noche encontró el alma al Amado, o mejor, el Amado se dejó encontrar, porque, “Si dormía en corazón siempre velaba” y así enseguida “escuchó sus pasos y su voz”.
   
   2)      Hoy es el día del encuentro, festivo y hondo, del Amado –Cristo resucitado- con la Amada. El alma. Esta noche santa hace que el creyente llene su corazón de inmensa alegría porque su Amado venció la oscuridad de la muerte y del pecado. Esta noche santa es el momento grandioso en que la Luz del Amado penetra hasta el fondo del alma de su Amada, el alma. San Juan de la Cruz: “¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amado con el Amado transformada!”.Prepárate a hacer esa experiencia de encuentro con Cristo glorioso, vencedor de la oscuridad, iluminador de la noche, consuelo y gozo de quien le ama.
¿Le buscas en la oscuridad de tu vida? ¿Le anhelas en la noche oscura del mundo?.

  

Súplica

Señor Jesucristo, el sepulcro vacío es la prueba evidente de tu victoria sobre la oscuridad de la noche y sobre la muerte.

Señor Jesucristo, vencedor sobre el sufrimiento y la amargura. En tu resurrección siembras a puños llenos la alegría íntima y definitiva en los corazones de los hombres que caminan en oscuridad y sombras de muerte.

Señor Jesucristo, Amado del alma que te busca con afán. A veces te escondes para que te busque con mas ardor. Pero te dejas encontrar. Asísteme en esta noche santa para que te pueda encontrar en la gloria de la Pascua. Que mi alma, inundada de tu luz pascual, goce en el silencio más profundo ante tu sepulcro vacío. Amén.


Jaculatoria: “inunda mi alma, Señor, del gozo de tu resurrección”

viernes, 2 de abril de 2010

Viernes Santo

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; santifica a tus hijos y protégelos siempre, pues Jesucristo, tu Hijo, a favor nuestro instituyó por medio de su sangre el misterio pascual. Amén.


 




Meditación

11)      La sangre siempre fue concebida como el principio de la vida. Más aún, la vida estaba en la sangre. Perder sangre era perder un poco de vida. En el Antiguo Testamento, la sangre tenía el poder de perdonar pecados. Así, los judíos sacrificaban un animal y rociaban su sangre sobre el altar y sobre las jambas de las puertas de sus casas. Fue Dios mismo quien di esta orden a Moisés: “Sacrificad un cordero y untad su sangre en las puertas de vuestras tiendas. Cuando el ángel pase esta noche, al ver la sangre, repetará esa casa y ninguno de sus moradores morirá”. O sea, la sangre era señal segura de vida y salvación.
22)      En el Nuevo Testamento, Jesús derramó su sangre para salvar nuestras vidas. Mas aún, San Pedro nos dice: “No fuisteis comprados con oro ni plata, sino con la Sangre del Hijo de Dios”. La Sangre de Cristo derramada en su pasión fue la prenda de nuestra salvación.
Hoy, Viernes Santo, es el día en que la Iglesia venera esa Sangre divina derramada por nosotros. Por eso, en la Oración, dice: “Jesuristo instituyó la Pascua por medio de su sangre”. Es, pues hoy un día de gratitud por esa Sangre de Cristo. Y también es el momento de recordar cuánto valemos para Dios, pues nos compró con su Sangre.
Dale, hoy, gracias al Señor y pregúntate si te paras a pensar lo mucho que vales para el Señor.





Súplica

Señor Jesucristo, Tú eres el Cordero sin mancha, inocente, que cargó con nuestros pecados y quitó los pecados del mundo. Tú eres la víctima inocente que se sacrificó por nosotros derramando su preciosa sangre en el árbol de la cruz.

Con esa sangre, nos compraste para ti, nos convertiste en herencia tuya. Esa Sangre tuya es la llave que nos abrió las puertas del Reino eterno.

En tu Sangre hemos lavado nuestras conciencias manchadas por el pecado y hemos renacido a una vida nueva. En tu Sangre, Señor Jesús, brotó la vida y la felicidad para todos.

Gracias, Señor Jesús, por tu entrega generosa y santificadora. Gracias porque tu Sangre me redimió, me salvó y me perdonó. Amén.


Jaculatoria: “Sangre de Cristo, embriágame”

jueves, 1 de abril de 2010

Jueves Santo

Señor Dios nuestro, nos has convocado hoy para celebrar aquella misma memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el banquete de su amor, el sacrificio nuevo de la alianza nueva; te pedimos que la celebración de estos santos misterios nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida. Amén.






Meditación

11)   ¡Menudo regalo el de Jesucristo a su Iglesia en el día antes de morir!. La Oración litúrgica de este Jueves Santo lo llama”el banquete de su amor”. ¡Qué extraño suena unir las palabras banquete y amor! Sin embargo, ¡qué bien suenan juntas en esta Oración!. Este día, la Iglesia universal, las repetirá en cada celebración eucarística que celebre en cada Iglesia católica. Y es que, teológicamente, tienen un nexo profundísimo. San Juan, cuando relata la Última Cena, dice: ”Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el extremo”. Y ese “amor extremado” Jesús lo plasma en un banquete. Es tal el amor de Cristo por los suyos que decide esconderse en un poco de pan y en un poco de vino para que podamos comerlo, hacerlo nuestro, mezclarlo con nuestra propia carne y nuestra propia sangre. ¡Hasta dónde nos amó Jesús! Las madres suelen decir a sus hijos: “¡te comería a besos!”. Pero saben que no lo pueden hacer. Sin embargo, Cristo sí lo pudo hacer y lo hizo. Por eso la Eucaristía, don de Jesús a la Iglesia, es un banquete de amor, el amor que Él sintió por nosotros y la necesidad de estar con nosotros, pues el amor exige cercanía.


Pregúntate si te acercas a ese banquete con ese sentimiento de amor comido; si te preparas dignamente a participar en él; si sientes necesidad de ese banquete.



Súplica

Señor Jesucristo, que, nos amaste hasta el extremo y que quisiste que ese amor estuviese a nuestra disposición, decidiste quedarte en el banquete de tu amor a nuestra disposición.

Es el tuyo un amor entregado, cercano que el hombre puede hacer suyo mediante la participación en ese sagrado banquete.

Nunca nadie estuvo tan cerca de aquel a quien ama. Nunca ningún dios estuvo tan cerca de sus fieles como Tú, Señor Jesús, estás de tus seguidores.

Gracias, Jesús, por haberte quedado con nosotros. Gracias por haberte escondido en un poco de pan y un poco de vino. Gracias porque tu amor no nos ha defraudado. Ayúdame a acercarme a ti con limpieza de alma y lleno de gratitud el corazón. Amén.


Jaculatoria: “Cerca de ti, Señor, yo quiero estar”

miércoles, 31 de marzo de 2010

¿Conoces a Benedicto XVI?

Ahora que las alimañas se dedican a atacar con ferocidad al Papa, os pongo éste estupendo vídeo que he encontrado sobre él en www.religionenlibertad.com

Miércoles Santo

Oh Dios, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Amén.







Meditación


11)  ¿Podría habernos salvado el Señor sin tener que encarnarse, pasar por la pasión y morir en la cruz?, Ciertamente que sí. Entonces, ¿por qué el Padre escogió ese camino de salvación e hizo que lo recorriera su Hijo predilecto?. No tenemos respuesta filosófica a la cuestión. ¿Tiene sentido y valor el sufrimiento?. ¿Por qué sufren los inocentes, como fue el caso de Jesucristo?. El sufrimiento, en sí mismo considerado, es siempre un mal. Sin embargo, el sufrimiento por amor sí tiene sentido. Para que el sufrimiento tenga valor y se vea su lado positivo hay que verlo desde la óptica del amor. Solamente el amor llena de sentido el sufrimiento. Amar significa renunciar a uno mismo para buscar la felicidad del otro. Amar significa renunciar a uno mismo para que el otro, el amado, sea feliz. Amar significa sacrificar la propia voluntad para que el otro encuentre su camino de felicidad. Por eso, San Juan de la ruz decía: ¿Qué sabrá de amar quien no sabe sufrir?


2)   Ese fue el camino que Dios Padre eligió para su Hijo a favor nuestro. Quien rompe, paga, dice el refrán. El hombre rompió su amistad con Dios y debía pagar por esa ruptura voluntaria. Y el Padre, horno de amor infinito, amándonos sin límite, cargó sobre su Hijo la responsabilidad de pagar por nosotros. La Pasión y Muerte de Jesús es la evidencia del amor infinito que Dios nos tiene. Ese amor sacrificado del Padre y del Hijo es lo que hoy la Iglesia le recuerda al Señor en la Oración que nosotros compartimos.

Pregúntate si, como Cristo, sabes sufrir por amor.

Pregúntate si, como Cristo, estás dispuesto a sufrir por la felicidad de los demás. 


Súplica


Señor Jesucristo, que sufriste la pasión y la cruz únicamente por amor a los hombres y en obediencia amorosa a tu Padre celestial, mira a tu Iglesia en oración, y abre para ella las puertas de tu misericordia.

Que todos los bautizados apreciemos y agradezcamos vivamente tu sacrificio de inmolación en el patíbulo del Gólgota. Que sepamos reconocer el amor infinito y tierno que te movió a encarnarte sufrir la pasión y morir como un malhechor entre dos ladrones.

Gracias, Jesús, por tu amor sacrificado; gracias por aceptar de la mano del Padre, subir al madero en nuestro lugar; gracias porque, mediante tu sacrificio personal, nos has devuelto a los brazos misericordiosos de tu Padre. Amén.



Jaculatoria: “Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor”

martes, 30 de marzo de 2010

Martes Santo

Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Amén.






Meditación

1)   Son estos días santos la ocasión propicia para que se cumpla en nuestra vida la súplica de San Ignacio de Loyola: Pasión de Cristo, confórtame. Pocos son los asideros que tenemos los hombres a los que podemos agarrarnos en los momentos de desasosiego y turbación. Acudimos a asideros humanos, pero estos, si bien ayudan y consuelan, sin embargo, ni son constantes ni son definitivos. Solamente encontraremos conforto permanente y adecuado en la pasión de Cristo. Comparar nuestros sufrimientos con los de Jesús, aceptar que sus sufrimientos y muerte no fueron gratuitos sino la moneda de cambio de nuestra liberación interior. Asumir que, si en el campo espiritual podemos respirar aliviados por haber sido perdonados, se lo debemos a Cristo traicionado, entregado, abofeteado, escupido, flagelado, insultado y crucificado. Ese camino de pasión es nuestra seguridad y la paga que Él pagó por nosotros

2)   ¿Cómo hacer para que  la pasión de Cristo nos conforte, como decía San Ignacio?. Varios son los caminos, pero hoy, la Iglesia nuestra Madre, nos propone, en la Oración de este Martes Santo, un camino seguro: “participar vivamente en las celebraciones pascuales”. Evitar toda rutina, todo formulismo, toda mediocridad. Poner alma, corazón y vida en los ritos santos

Pregúntate cómo vives la pasión de Jesús. 

Pregúntate si meditas frecuentemente la Pasión del Salvador, si la tienes presente en tu vida. 

Pregúntate qué vas a hacer para que tu participación litúrgica de estos días se imprima en tu corazón.

Súplica

Señor Jesucristo, redentor y salvador mío, emprendiste el camino del Gólgota para romper las ataduras que con el pecado me ataba al mal. Tus escarnios y sufrimientos, tu corona de espinas y tus azotes, tus caídas bajo el peso de la cruz y tu muerte clavado a un madero ante la vista de todos, me muestran hasta dónde me has amado y me sigues amando.

Pensar en tu pasión, Señor Jesús, me reconforta el alma y me da paz y sosiego interior, pues sé que toda esa pasión fue por mí.

¿Cómo agradecerte, Señor, tu generosidad amorosa para conmigo?. Te pido en este día que viva estos días santos de tu pasión con un verdadero sentimiento interior de gratitud, sabiendo que, gracias a ella, me perdonaste para siempre mis pecados y me liberaste de los lazos del maligno. Amén.


Jaculatoria: “Pasión de Cristo, confórtame”

lunes, 29 de marzo de 2010

LUNES SANTO

Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Amén.







Meditación



1)   El denominador común de la naturaleza humana es su fragilidad. Sin consistencia en sí misma, la naturaleza del hombre se quiebra fácilmente. San Pablo habla de vasijas de barro. Y el barro es quebradizo, inestable e inseguro. Nadie construye sobre barro pues sabemos el riesgo que conlleva. Y si, a esta fragilidad natural añadimos la espiritual, nuestro pecado, el resultado es una extrema debilidad, fragilidad e inconsistencia.


2)   Sobre esta doble fragilidad humana, la natural y la espiritual, estamos llamados a construirnos como personas y como creyentes. Tarea en sí misma imposible. A las primeras de cambio, nuestra edificación humana se viene abajo. De ello tenemos harta experiencia. Somos inestables en nuestros propósitos, sucumbimos a la tentación, nos puede nuestro carácter, fallamos en nuestros compromisos.


3)   Ante esta realidad, La Iglesia suplica hoy al Señor en la Oración litúrgica: “Mira la fragilidad de nuestra naturaleza”. Le pide que tenga piedad de nosotros y, especialmente, que nos ayude a construirnos como personas cristianas sobre la roca que da estabilidad a nuestra edificación: la Pasión de Jesucristo. Por eso le decimos hoy al Padre: “levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo”. Él, Jesucristo crucificado, es la roca sobre la que hemos de construirnos.





Pregúntate si asumes tu debilidad natural y espiritual o lo haces sobre la roca que es Cristo crucificado.





Súplica

Señor Jesucristo, que para fortalecer nuestra debilidad natural y espiritual, abrazaste voluntariamente el camino de la Pasión, aceptando morir crucificado, pon tus ojos en mi pobre persona, mira mis limitaciones, debilidades, fragilidades e inconsistencia.

Fíjate en mi incapacidad de construirme como hombre nuevo a tu imagen; fíjate en mi deseo de dejarme construir por ti, como el barro es modelado por las manos del alfarero. Pero, al mismo tiempo, fíjate también en la resistencia que pongo a tu acción en mí.

Que la fuerza de tu pasión y muerte fortifique mi voluntad débil e insegura para que pueda construirme sobre ti, siendo, en tus manos, un vaso nuevo. Amén.


Jaculatoria: “Sé Tú la roca de mi vida, Señor”

viernes, 12 de marzo de 2010

La Divina Misericordia V





LA RELACIÓN DE JESÚS CON LAS ALMAS

Este párrafo es muy esclarecedor de cómo funcionan las gracias que Jesús vierte sobre ciertas almas. No aprovecharlas, o lo que es peor, burlarse de ellas, es un pecado muy grave. Nuevamente el tema de la falta de confianza es fundamental. Los que usan las gracias divinas para ofender a Dios tienen el infierno como pago a esa gran ofensa.





Una vez el Señor me dijo: Me hieren más las pequeñas imperfecciones de las almas elegidas que los pecados de las almas que viven en el mundo.

Me entristecí mucho por el hecho de que Jesús padece sufrimientos a causa de las almas elegidas, y Jesús me dijo: Estas pequeñas imperfecciones, no es todo; te revelaré el secreto de Mi Corazón, lo que sufro por parte de las almas elegidas: la ingratitud por tantas gracias es el alimento continuo de Mi Corazón por parte del alma elegida. Su amor es tibio, Mi Corazón no puede soportarlo; estas almas Me obligan a rechazarlas de Mí.

Otras no tienen confianza en Mi bondad y nunca quieren sentir la dulce intimidad en su corazón, pero Me buscan por allí, lejos y no Me encuentran.

Esta falta de confianza en Mi bondad es lo que mas Me hiere. Si Mi muerte no las ha convencido de Mi amor, ¿qué es lo que las convencerá? Muchas veces un alma Me hiere mortalmente y en tal caso nadie Me consolará.

Hacen uso de Mis gracias para ofenderme. Hay almas que desprecian Mis gracias y todas las pruebas de Mi amor; no quieren oír Mi llamada, sino que van al abismo infernal.

Esta pérdida de las almas Me sumerge en la tristeza mortal. En tales casos, a pesar de ser Dios, no puedo ayudar nada al alma, porque ella Me desprecia; disponiendo de la voluntad libre puede despreciarme o amarme.



EL AGUA BENDITA Y LOS MORIBUNDOS


Enseñanza práctica: Cuando estemos ante un moribundo, no debemos de olvidadar nunca echarle agua bendita, -si la tenemos a mano-, y de rezar la Coronilla de la Divina Misericordia.



Una vez, cuando una de las hermanas se enfermó y estaba a punto de morir, se reunió toda la Comunidad y estaba tambien presente un sacerdote que le dio a la enferma la absolución; subitamente vi una multitud de espiritus de las tinieblas. En aquel momento, tomé el aspersorio y los rocié con agua bendita y desaparecieron en seguida.



LA SEGUNDA VENIDA (REAL) DE DIOS

Pongo la palabra: “real”, para remarcar que la Segunda Venida de Cristo, va a ser un acontecimiento real y no una ilusión óptica, ni un símbolo ni una alegoría.



Por la noche, mientras rezaba, la Virgen me dijo: Su vida debe ser similar a la mia, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios.


LOS ANGELES ACOMPAÑANTES

Un detalle que no conocía. Todos los templos tienen un Ángel protector.



De pronto vi junto a mi a uno de los siete espíritus, radiante como antes, con aspecto luminoso; lo veía continuamente junto a mi cuando iba en tren. Veía que sobre cada iglesia que pasábamos había un ángel, pero en una luz mas pálida que la del espíritu que me acompañaba en el viaje. 

Y cada uno de los espíritus que custodiaban los templos, se inclinaba ante el espíritu que estaba a mi lado. Qué poco piensa la gente en que tiene siempre a su lado a tal huésped y, a la vez, un testigo de todo. ¡Pecadores!, recuerden que tienen un testigo de sus acciones.


NUEVO RECORDATORIO DE LA SEGUNDA VENIDA (POR SI QUEDABAN DUDAS)

Y además éste fragmento del Diario de Santa Faustina enlaza con el post anterior. Habrá Misericordia, pero habrá un Juicio (real) porque el pecado acumulado es mucho.




El día 25 de marzo. Durante la meditación matutina me envolvió la presencia de Dios de modo singular, mientras reflexionaba sobre la grandeza infinita de Dios y, al mismo tiempo, sobre su condescendencia hacia la criatura. Entonces vi a la Santísima Virgen que me dijo:

Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración de su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tu debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para su segunda venida.

Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día.

Establecido está ya es el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea un el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tu callas, en aquel día tremendo responderás por un gran numero de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hastael fin, yo te acompaño con mis sentimientos

EL LUGAR (REAL) DE SANTA FAUSTINA EN EL CIELO

Se habla mucho de profecías, Juicios, Apocalipsis. Pero también hay un premio para los Justos y los arrepentidos en gracia que han purgado todos sus pecados. La magnitud del premio está en relación al posible castigo.



Una vez, cuando rogaba mucho a los santos jesuitas, de repente vi al Ángel custodio que me llevó delante del trono de Dios; pasé entre grandes huestes de santos, reconocí a muchos por sus imágenes; vi a muchos jesuitas que me preguntaron: ¿De qué Congregación es esta alma? Cuando les contesté, preguntaron: ¿Quién es tu director? Contesté que el Padre Andrasz. Cuando quisieron seguir hablando, mi Ángel Custodio hizo la señal de callar y pasé delante del trono mismo de Dios. Vi una claridad grande e inaccesible, vi el lugar destinado para mí en la cercanía de Dios, pero cómo es, no sé, porque lo cubría una nube, pero mi Ángel Custodio me dijo:

Aquí está tu trono, por la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios.


RECORDATORIO DE LA PRESENCIA (REAL) DEL MAL

En el día de San Miguel Arcángel vi a este gran guía junto a mí que me dijo estas palabras:



El Señor me recomendó tener un cuidado especial de ti. Has de saber que eres odiada por el mal, pero no temas. ¡Quién como Dios! Y desapareció. Sin embargo siento su presencia y su ayuda.





APROVECHAR LAS GRACIAS CUANDO VIENEN

Siempre tuve la duda de por qué si Santa Faustina era polaca, la suerte de Polonia fue tan terrible. Recordamos que a estas alturas del Diario, estamos en el año 1.936, faltan pues menos de 3 años para la invasión, la ocupación, los campos de exterminio y 40 añitos de comunismo. Quizá éste pasaje sea la respuesta.


Hoy el Señor me dijo: Ve a la Superiora y dile que deseo que todas las hermanas y las alumnas recen la coronilla que te he enseñado. La deben rezar durante nueve días y en la capilla, con el fin de propiciar a Mi Padre e implorar la Divina Misericordia para Polonia

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Según el diario, éste deseo de Jesús, no se cumplió
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Comprendí que la gracia de Dios hay que aceptarla tal y como Dios la envía, del modo como Él quiere, y se debe aceptar en la forma bajo la cual Dios nos la envía.