domingo, 29 de mayo de 2011

UN CIENTÍFICO

Georges Lemaître

Resumen biográfico extraído de Internet:


"Nació en Charleroi. A la edad de 17 años entró en la Universidad de Lovaina y estudió ingeniería civil. Después de servir como voluntario en el ejército belga durante la Primera Guerra Mundial, empezó a estudiar física y matemáticas. Recibió su doctorado en 1920 y ese mismo año ingresó en el Seminario de Malinas. En 1923 fue ordenado sacerdote."


La teoría del Big-Bang

Este científico fue el artífice de la teoría del Big-Bang. Desarrolló sus ideas a partir de la llamada hipótesis del átomo primitivo. 
Era la primera vez que un científico proponía un origen histórico del universo. Esto, y su condición de sacerdote le restó apoyos en la comunidad científica, especialmente de Albert Einstein. Sin embargo Einstein reconoció el genio de Lemaître en la siguiente anécdota:

En 1933 Albert Einstein dio una serie de clases en la Fundación Universitaria de Bruselas. Cuando un colega le preguntó si le habían comprendido bien todos los oyentes, respondió: "El profesor De Donder quizás, el canónigo Lemaître sin duda, los demás creo que no".

Lemaître trabajó en la teoría del big-bang hasta que consiguió una explicación teórica del universo en expansión, y la publicó en un artículo de 1927. Pero, aunque ese artículo era correcto y estaba de acuerdo con los datos obtenidos por los astrofísicos de vanguardia en aquellos años, no tuvo por el momento ningún impacto especial, a pesar de que Lemaître fue a hablar de ese tema, personalmente, con Einstein en 1927 y con De Sitter en 1928: ninguno de los dos le hizo caso.

Qué cosas oye, así que el gran científico que descubrió la teoría del big-bang, no era inglés, sino belga, no era ateo, sino católico, y además cura.

El simple hecho de ver a un sacerdote católico metiéndose en cuestiones científicas parecía sugerir una intromisión de los eclesiásticos en terreno ajeno. Y si ese sacerdote proponía, además, que el universo tenía un origen histórico, la presunta intromisión parecía confirmarse: se trataba de un sacerdote que quería meter en la ciencia la creación divina. Pero los trabajos científicos de Lemaître eran serios, y finalmente todos los científicos, Einstein incluido, lo reconocieron y le otorgaron todo tipo de honores.

Lemaître jamás intentó explotar la ciencia en beneficio de la religión. Estaba convencido de que ciencia y religión son dos caminos diferentes y complementarios que convergen en la verdad. Al cabo de los años, declaraba en una entrevista concedida al New York Times: "Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión".

He aquí un científico de verdad, de los pies a la cabeza. Que ha hecho descubrimientos y no como otros que escriben libros de historietas. Un científico, que a pesar de ser sacerdote, separa absolutamente razón y fe, ciencia y religión. Y no como otros que se dedican a insultar a los que tenemos fe, a meterse a teólogos sin saber, y salir en los periódicos para incrementar la publicidad sobre sus obras.

El mundo está lleno de científicos metidos a teólogos, teólogos metidos a ateos, y ateos que, previa indignación, hacen el trabajo de kale-borroka para las élites que los controlan. Qué peste.

6 comentarios:

Vicente dijo...

Lemaître. El maestro.

Juan dijo...

Exacto. Y no como algún maestro liendre que de todo habla y nada entiende.

Vicente dijo...

Juanjo,
¿Tú crees que Alfonso es un maestro, un entendido en muchas cosas o es uno de esos maestros que de todo hablan? En el blog en el que publica junto con otros, en el de la ducha, parece que es el que mejor se expresa. Pero a mí me parece un poco sabelotodo. No sé. Y que utiliza argumentos un poco endebles. ¿Crees que el hecho de ser licenciado en filosofía y teología por la Universidad de Salamanca le da derecho a pontificar sobre esto y lo otro? Claro que los comentaristas que lo visitan tampoco es que sean muy avispados. Sus argumentos son más endebles aún, llenos de falacias lógicas, como argumentos ad hominem, dicen lo primero que se les pasa por la cabeza, asumiendo todos los tópicos anti clericales y anti católicos. Asumen también toda la ideología progre: prejuicios anticlericales, apología del sexo libre, ataques constantes a la Iglesia y de lo más elemental.

Por último, los que publican y los que comentan habitualmente en ese blog, como en otros parecidos me parece una pandilla de marujones, dedicados a hablar mal a espaldas de quienes no comparten sus ideas. Y ni se te ocurra cuestionar mínimamente sus prejuicios anticlericales y anti- católicos. Si les dices que se creen a pie de juntillas las noticias de periódicos de tendencia anticlerical cuya objetividad deja bastante que desear y que además la noticia tergiversada por el periódico es, a su vez, tergiversada algunas veces por sus mentes porque no la han entendido bien,te dicen que "mira quien habla, que nosotros nos creemos todo lo que dice la Iglesia. y que la Iglesia, esto y lo otro, que si la inquisición, que si las cruzadas, que si el Vaticano está lleno de riquezas, que si la Iglesia ha oprimido y quiere que tengamos muchos hijos, que si es muy fácil hablar porque ellos no los tienen, que si nos obligan a la castidad... Después, señalas a la luna y ellos miran el dedo. Y luego los cutres somos nosotros.
Ellos son muy comprensivos y tolerantes, con la mente tan abierta como para considerar seriamente los argumentos de la parte contraria. No son nada dogmáticos y respetan que otros tengan ideas diferentes a ellos, no como la Iglesia que, según ellos, es mala malísima y además, super dogmática. Las discusiones con ellos discurren entre la tolerancia y el respetuoso disenso. ¡Ya!

Juan dijo...

Bueno, le gustará pontificar, porque si viene de la "pontificia", es lógico ¿no?. Estoy pensando en hacer un blog para contrarrestar el de ellos.

Si es verdad lo que me cuentas (yo no entro a leer mamarrachadas) están mucho peor de lo que me pensaba.

Y lo de apología del sexo libre, será si se les levanta, cosa que tengo mis dudas porque muchos de ellos ya son mayores. Aunque ahora hay pastillas para todo. Excepto quizá contra el odio, la intolerancia y el cerrilismo.

Vicente dijo...

Tendrías que leer la última entrada y sus comentarios donde hablan de mi anterior intervención en tu blog y tu respuesta. Nos ponen a parir a ti y a mí. Por lo menos, sextillizos cada uno. Además, a ti te acusan de no decir la verdad cuando dijiste que no entrabas a leer mamarrachadas y a mí, de ser un hipócrita porque antes de decidirme a volver a la fe católica, puse algunos anuncios en la sección de contactos de algunas páginas de anuncios por palabras... y no precisamente para encontrar una santa esposa, ejem, ejem, y luego me la doy de santurrón, según ellos. Pecados del pasado. Pero mira que les gusta rebuscar en las miserias pasadas ajenas. Eso me pasa por dar siempre la cara. Y me dicen que ¿cómo se me ocurre decir que hacen apología del sexo libre con lo cachondillo que he sido yo? ¡Como si yo se lo hubiera reprochado! Lo que pasa es que cada vez que Rouco u otro obispo habla en contra del libertinaje sexual, les parece que quiere imponerles la castidad. Y luego se ponen a hacer comparaciones obscenas. Si ellos quieren pasar de lo que diga la Iglesia de estas cuestiones, allá ellos. Nadie les va a obligar a creer. Y si alguien dice que hay que guardar la castidad según el estado y que no está bien hacer ciertas cosillas, pues ¿por qué no pasan si piensan que eso no va con ellos? Pero, claro, no les gusta que nadie les diga que lo que hacen no está bien. ¡cómo van a simpatizar con una persona que se viste de negro!

En fin, seguro que abren otra entrada con este comentario.

Juan dijo...

Ni caso. Ladran, luego cabalgamos.