lunes, 25 de octubre de 2010

I Ching


El I Ching tradicionalmente, es considerado una arte adivinatorio. Por lo tanto es pecado para nosotros los católicos. En realidad lo que es pecado es sustituir a Cristo por cualquier ciencia o oculta o arte adivinatorio.

Los cristianos debemos, no obstante, conocer el alcance y peligrosidad de estas prácticas para movernos con soltura en este mundo de oscuridad.

En los tiempos actuales, cada vez hay mas jóvenes que practican todo tipo de rituales y ocultismo. Sabemos que eso es una puerta abierta al maligno. Y eso es precisamente lo que ocurre. Jóvenes sin experiencia ni conocimientos, y, por supuesto, sin Fe, se exponen a éstas prácticas esotéricas con resultados nefastos en muchos casos.

El I ching es originario de China y fue creado unos 4.000 años antes de Cristo.

Desde mi punto de vista, que comparto con Jung, el I Ching no es estrictamente un método de adivinación a la vieja usanza, pero eso lo explicaremos mas adelante.


ORIGEN DEL I CHING

En la literatura china se menciona a cuatro personajes como autores del método de adivinación I Ching o Libro de la Mutaciones como es también conocido: Fu Hsi, el rey Wen. El duque de Chou y Confucio.

Tras cientos de años de uso del I Ching en toda China y una serie de cambios y modificaciones, el oráculo es por fin reconocido como uno de los cásicos confucianos y llamado I Ching o Libro de la Mutaciones. Importantes decisiones se tomaban de los consejos del oráculo.

En el mundo occidental, los primeros contactos con el I Ching se remontan a las expediciones que los jesuitas hicieron a través de China en el siglo XVII.






RELACIÓN DEL I CHING CON LA ESFERA TRANSPSÍQUICA

En 1948 Carl Gustav Jung examina algunos aspectos particulares del pensamiento chino. A los conceptos de causa y efecto de la ciencia occidental y a la noción de voluntad divina del cristianismo, la mentalidad china contrapone:

            La observación de la realidad como una coincidencia de acontecimientos accidentales que en un momento dado asumen una determinada configuración, se vuelve el objeto y la razón misma de la experiencia adivinatoria.

Esta coincidencia “casual” de acontecimientos es precisamente lo que Jung define como “sincronicidad”. La sincronicidad considera la coincidencia de acontecimientosen el espacio y el tiempocomo significativa de algo más que un mero azar, ocurre una fusión entre acontecimientos objetivos y las condiciones psíquicas del observador.




LOS “AGENTES ESPIRITUALES”

Jung concluía reconociendo que la interpretación que él proporcionaba no se correspondía con la tradición China.
Esta última, siempre según las palabras de Jung, habría atribuido a la acción de desconocidos “agentes espirituales”.

Por que yo, que he practicado el I Ching debo decir que funciona. La capacidad que tiene el Libro de las Mutaciones de dar respuestas coherentes, no podía ser, para Jung, el resultado del lanzamiento de unas monedas. Debe de haber un alma que entra en contacto con aquellos “agentes espirituales” de la tradición China y cuya presencia irracional Jung percibía.


MODO DE UTILIZAR EL I CHING

Hay muchos libros de acceso libre que enseñan a utilizar el I Ching. Escribir aquí la metodología sería hacer mal un trabajo que ya está bien hecho en muchas ocasiones. Para ello os traigo 2 excelentes libros de mi biblioteca en Scribd. Para realizar las tiradas os recomiendo el primero de ellos. Ambos están al final de este post.




EXPERIENCIA PERSONAL CON I CHING

Por las razones que se han expuesto mas arriba, tengo la clara percepción de que el I Ching no es un método de adivinación cualquiera. Me consta que muchos filósofos e intelectuales de occidente lo usan.

En particular tiene un uso muy específico: cuando estamos ante un problema, ante una disyuntiva, un dilema, una bifurcación sobre la cual no sabemos por donde tirar, el uso del I Ching es recomendable. Por que algo opera con nuestra mente. Nuestra mente está trabajando en segundo plano para resolver el problema en el que nos hallamos inmersos.

El I Ching conecta con ese subplano donde la mente opera y es capaz de extraer una solución de forma simbólica a ese problema.




ADVERTENCIA

Para nosotros, los cristianos, el uso del I Ching está prohibido. Cuando un cristiano se encuentra ante un problema de la naturaleza expuesta mas arriba, debe pedir iluminación al Espíritu Santo.

No obstante, y en virtud de la terrible oscuridad que está cerniéndose sobre el mundo, los cristianos debemos conocer en profundidad las veredas oscuras por las que caminan muchas almas.

No olvidemos, que nosotros sí sabemos quiénes son esos “agentes espirituales” de los que habla la tradición china.








i ching completo                                                                                                                            

domingo, 17 de octubre de 2010

EL PRINCIPIO ANTROPICO

Este post dedicado al principio antrópico, cierra una serie dedicada a la relación entre ciencia y religión.

En el post titulado: “la creación del universo” vimos cómo se concluye que la ciencia física es impotente para explicar la creación.

En “La esfera transpsíquica” aprendimos que existe base psicológica que demuestra que la trascendencia existe, es decir que no todo es materia como dicen los científicos positivistas.

Para finalizar explicaremos el escurridizo concepto de principio antrópico. Es un concepto aparentemente simple, pero tiene muchas implicaciones y cuánto mas se profundiza en él, más vemos el poder de éste importante concepto.


UN MISTERIO NO RESUELTO POR LA CIENCIA

Partimos de un hecho científico que es absolutamente misterioso. Y es el siguiente:

En el universo que vemos, con las leyes que conocemos existen 19 constantes de la naturaleza absolutamente arbitrarias. Esas constantes, son números que no están predichos por ninguna teoría conocida. Son “números mágicos” que están ahí. Se han calculado por medio de la experimentación. No derivan de ningún planteamiento previo. Ni siquiera del big bang.

Esto es algo totalmente insatisfactorio para la ciencia.

Albert Einstein fué el primer científico de importancia que abordó este problema. Llegó a la conclusión de que esos números habían sido fijados por Dios (en cualquier caso, por “alguien”).

En los años 70 del siglo XX, un científico llamado Brandon Carter (colaborador de Stephen Hawking) introdujo el concepto de principio antrópico con el fin de intentar dar una explicación a ese misterio.








PRINCIPIO ANTRÓPICO DÉBIL

Los valores observados de todas la constantes de la naturaleza no son equiprobables. sino que deben ser compatibles con el hecho de que existen lugares del Universo donde se ha podido desarrollar la vida basada en el carbono y el hecho de que el Universo sea suficientemente antiguo como para que esto haya ocurrido.

PRINCIPIO ANTRÓPICO FUERTE

El Universo debe tener unas propiedades que permitan a la vida desarrollarse en algún momento de su historia (Cogito, ergo mundos talis est)

PRINCIPIO ANTRÓPICO FINAL

Un modo de procesamiento inteligente de la información debe llegar a existir en el Universo y, una vez que aparece, nunca desaparecerá.




El principio antrópico se llama así porque otorga un lugar central a la existencia del hombre en el universo. Este principio ha generado muchas controversias científicas y filosóficas. Hay muchos sabios a favor y otros en contra.

Posteriormente, en 1983, Brandon Carter haría extensivo el carácter central de la humanidad a cualquier inteligencia extraterrestre. Hemos de dejar constancia, que hasta la fecha no hay evidencia de civilización extraterrestre alguna.

No es de extrañar que el inquietante movimiento ateo se ha posicionado siempre furibundamente en contra de esta idea. Poner al hombre como centro del Universo, tiene muchas implicaciones, y ellos lo saben.

El principio antrópico fuerte (SAP) es un argumento teleológico (esto quiere decir que el universo ha sido creado y dirigido con un propósito concreto) de la existencia central de la humanidad. Brandon Carter sabía que generaría muchas controversias, pero tenía razones científicas para proponerlo.






JUSTIFICACIÓN DEL PRINCIPIO ANTRÓPICO

2) Ajuste muy preciso de las constantes de la naturaleza
3) El valor extremadamente pequeño pero no nulo de la constante cosmológica.

Estos argumentos que justifican el empleo del principio antrópico, son complejos de explicar en un blog (y de entender). Baste decir que el último de ellos ha hecho que muchos científicos adopten el principio antrópico para explicar cosas que no tienen otra explicación.





CONCLUSIÓN

El principio antrópico es un elemento políticamente incorrecto que ha llegado para quedarse. Sus implicaciones son:

1) La vida inteligente tuvo necesariamente que surgir (no es una casualidad como dicen los ateos).

2) La vida inteligente tiene un carácter central en el universo tal y como lo vemos (no es una de tantas por ahí perdida como dicen los ateos).

3) Da base científica al argumento teleológico de la existencia de Dios (la 5ª via de Santo Tomás de Aquino)

“Camina mejor, quien va mirando las estrellas” (Lope de Vega)


El principio antropico                                                                                                                            




FUENTES:

La historia definitiva del infinito, de Richard Morris, ed. Sqn
Lo grande, lo pequeño y la mente humna, de Roger Penrose, ed. Malcom Longair
Carter, B., The anthropic principle and its implications for biological evolution. Phil. Trans. R. Soc., 1983.
Bell, J.S: On the Einstein-Poldolsky-Rosen paradox
Leslie, J., The Anthropic Principle Today, in Final Causality in Nature and Human Affairs, R. Hassing, Editor. 1996, Catholic University Press: Washington, DC
Wikipedia.
Internet

viernes, 8 de octubre de 2010

LA ESFERA TRANSPSÍQUICA


En el post anterior vimos que la Física es impotente para adquirir conocimiento fuera del ámbito de la Física. Parece de Perogrullo, pero había que explicarlo porque algunos “científicos” creen que ésta ciencia sirve para sostener los despropósitos del nuevo ateísmo.

Ahora me pregunto si es posible ir mas allá. Si la física, -y el resto de las ciencias naturales-, no nos sirven para estudiar nada que no sea natural; ¿cómo podemos abordar aquello que es sobrenatural?. ¿Existe alguna manera de conocer algo de ese otro lado sin caer en la superchería, en la magia o en el esoterismo?.

Para ello veamos una  Clasificación de la fenomenología extraña:

            -fenómenos paranormales o PSI
            -experiencias místicas y religiosas incluídos los milagros
            -alteraciones del espacio-tiempo y la materia (violación de las leyes físicas)

Hay que decir también, que para nosotros, -los creyentes-, los fenómenos extraños son de dos tipos:

Sobrenaturales: Procedentes de Dios
Preternaturales: Procedentes del diablo.



CARL GUSTAV JUNG

Jung, un psiquiatra, estudió este problema, veamos una pequeña biografía:

CARL GUSTAV JUNG: Psiquiatra y psicoanalista, discípulo de FREUD,  Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Tecnológica de Zúrich, padre de la Psicología Analítica, creador de la Teoría del Inconsciente Colectivo. Aunque al principio negaba la realidad de los fenómenos PSI al considerarlos como “efectos exteriorizados de complejos inconscientes”, posteriormente a través de experiencias personales admitió la posibilidad “de una realidad transpsíquica inmediatamente subyacente a la mente”. Colocaría las bases para una interpretación espiritualista del hombre y su naturaleza transcendental.



SINCRONICIDAD

Jung define el término Sincronicidad: una aparición simultánea de dos o más factores unidos por la significación y sin relación causal alguna entre sí; sería, por lo tanto, una coincidencia significativa.  En otras palabras, una sincronicidad es una especie de casualidad inexplicable, pero no obstante real.



Jung se inspiró, para crear el término sincronicidad, en Schopenhäuer, y más concretamente en su tratado “La intencionalidad aparente en el destino del individuo”.

El propósito de Jung, fue dar una base científica a los fenómenos paranormales, apoyándose en el concepto de sincronicidad descrito en una monografía titulada: Sincronicidad como principio de conexiones acausales.

Jung no escatimó rigor científico en sus conclusiones y antes de publicarlas tuvo cuidado de conversar con el propio Einstein. Incluso, el físico Wolfgang Pauli llegó a ayudarle personalmente a través de intercambios de ideas. En la formulación de Jung, la tríada clásica de la Física (espacio, tiempo y causalidad) debería ser completada con la inserción de un cuarto principio: la sincronicidad.


CONEXIÓN ENTRE LOS PROCESOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS

Después de diversos intercambios de opiniones con W. Pauli, quien aceptaba los argumentos psicológicos de Jung, ambos llegaron a la conclusión de que la causalidad (o conexión constante a través de causa y efecto) sería para la sincronicidad (o conexión inconstante a través de la contingencia o de la equivalencia o significación) así como una cierta energía indestructible; sería para un continuum espacio-temporal.


Jung afirma que habría, por lo tanto, una correspondencia de la teoría psicológica y de la física. La teoría de la física da explicaciones concretas, y la psicológica daría una equivalencia entre causalidad y sincronicidad, debido a factores a los cuales Jung llama Arquetipos. Estos se unirían a la causalidad, debido a que están dotados de transgresividad (capacidad de transgredir o alterar).

Ello se debe a que los arquetipos no se encuentran exclusivamente “en la esfera psíquica, sino que pueden presentarse también en circunstancias no psíquicas (equivalencia de un proceso físico con un proceso psíquico)”. Esta unión o equivalencia causalidad-sincronicidad sería contingente a la determinación causal, es decir, la sincronicidad acontecería debido a una situación causal, pero unida a ella por una ley que no es causal.

Los arquetipos, de esta forma, serían el fundamento de la probabilidad psíquica.





La dificultad en la comprensión de la Ley de la Sincronicidad reside sobre todo en la tendencia unilateral del hombre moderno occidental en suponer todo concepto contenido en una relación causa-efecto de su propio modelo científico.  


Fuentes:

Sobre sincronicidad, conferencia pronunciada en los encuentros Eranos
Svmma daemoniaca, J.A. Fortea
Exorcística. J.A. Fortea
Daemoniacum, J.A. Fortea
Viajando en el tiempo. Jenny Randles
Wikipedia (para los datos biográficos y bibliográficos)

martes, 28 de septiembre de 2010

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO

Volvemos al tema del origen del universo. De si el universo tuvo un creador o siempre existió, o surgió por generación espontánea. Ahora está de moda expulsar a Dios del universo y prostituir a la ciencia física para que, actuando cual bálsamo de fierabrás, de soporte a ideas descabelladas.

Pero para centrar conceptos, vamos a acercarnos a una pregunta básica: ¿Es posible la auto-creación del universo?. Vamos intentar responder al clásico ¿De dónde venimos?. Para ello debemos acercarnos a los límites de la ciencia.



Tres conceptos básicos: El Espacio, el tiempo y el vacío

En efecto, los que sostienen el nacimiento espontáneo del universo usan ideas que recuerdan al espacio y tiempo absolutos de Newton. Modernas teorías dicen que la materia primitiva del universo habría surgido a partir de estructuras espacio-temporales (o sea estructuras geométricas), y que estas estructuras pudieron aparecer a partir de fluctuaciones del vacío cuántico.

Convenimos pues en atribuir una cierta realidad a las estructuras espacio-temporales. Esto estaría avalado por la relatividad general de Einstein, que predica una cierta geometrización de la Física. Pero las realidades físicas no se pueden reducir a matemáticas, que es sólo un instrumento.

Einstein sustituyó las fuerzas por la curvatura del espacio-tiempo; se trata de una estrategia matemática poderosa y legítima, pero que nada tiene que ver con la reducción de la Física a la Geometría ni con la existencia de espacio-tiempo sin materia.




Por otra parte, el vacío que estudia la Física no tiene relación alguna con la nada. Designa el estado en que se encuentra una zona del espacio después de extraer de ella la materia en estado sólido, líquido o gaseoso, y las radiaciones. Si bien el progreso técnico permite obtener vacíos cada vez más perfectos, lo que se logra no es la nada en sentido absoluto. ¿Cómo podría lograrse? La nada no existe. Esto es obvio. Es un falso-concepto que, además, no tiene lugar en la Física, ya que no puede relacionarse de ninguna manera con experimentos. En efecto, existen distintos tipos de vacío, según las teorías y métodos empleados; se habla, por ejemplo, del vacío clásico y del vacío cuántico. Atribuir realidad al concepto de nada sólo se ha visto en el libro “La historia interminable”.




Un proyecto de teoría: La gravedad cuántica

El presunto nacimiento espontáneo del universo se explicaría mediante una teoría aún inexistente: la gravedad cuántica. Se trata de una de las teorías más difíciles de la Física actual. Intenta hacer compatible la relatividad general de Einstein, que es una teoría de la gravedad, con la Física cuántica. Muchos físcos de renombre han intentado hacer progresos en ella, pero sin éxito. Existen propuestas interesantes que permiten ver por dónde pueden dirigirse las investigaciones, pero poco más. Propiamente no ha alcanzado todavía una formulación rigurosa. O sea, la teoría propiamente dicha, no existe.

En cualquier caso, aunque la gravedad cuántica llegue a formularse de modo satisfactorio, se tratará de una teoría física que, como sucede con cualquier otra teoría de la ciencia experimental, sólo se referirá a las transformaciones de algo en algo (esto es un concepto fundamental en ciencias experimentales). La creación a partir de la nada seguirá siendo un problema metafísico, es decir, mas allá de la física.




Conclusión: Impotencia de la Física para explicar la creación

En definitiva, la presunta explicación científica de la creación del universo se basa en dos extrapolaciones ilegítimas.

En primer lugar, se pretende extraer de la Física algo que esta ciencia, por su propio método, es incapaz de suministrar, puesto que sus resultados sólo pueden tener relevancia empírica si existe algún procedimiento para relacionarlas con experimentos reales o posibles, y esto no es posible cuando se consideramos el problema del origen absoluto del universo a partir de la nada.

En segundo lugar, el método seguido para obtener esas imposibles conclusiones consiste en atribuir a las teorías físicas sobre el espacio, el tiempo, la materia, la energía y el vacío un sentido metafísico que no poseen, ya que tales ideas han de ser definidas en Física apoyándose en teorías matemáticas y hechos experimentales, por lo cual necesariamente se refieren a entidades o propiedades o procesos físicos, y de ningún modo pueden aplicarse a un evento como la creación a partir de la nada que, por su propia naturaleza, no es un proceso que relaciona un estado físico con otro estado también físico. Es decir, de la físca se puede pasar a la física a través de leyes físcas, pero no salirse de sus límites, que definen a ésta ciencia experimental.



No puede sorprender que tales extrapolaciones ilegítimas conduzcan a dificultades y a tecnicismos aparentemente profundos, que permitan disimular las contradicciones conceptuales.


FUENTES:
Scripta Theologica
Grupo Ciencia, Fe y Razón
Wikipedia

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DE PRIMERO: ATEOS

Durante mi estancia en las islas afortunadas, he tenido tiempo de leer algún libro, y uno de ellos lo traigo aquí. “El camino del ateo” de Eric Maisel. Está escrito por un ateo “profesional”. 

Pienso que hay que conocer al oponente, para derrotarlo con eficacia. Tras la lectura de éste libro, la tarea es mas fácil de lo que pensaba.

El autor afirma que: “Es ateo desde siempre”. Siguiendo una especie de “fe del carbonero atea”, nos dice que:

“El camino del ateo empieza con la idea de que la evolución explica lo que es usted”

Estamos pues ante la sustitución de una Fe por otra. La teoría de la evolución es eso: una teoría que no está demostrada al cien por cien en absoluto.



Así pues, según el autor, la columna vertebral de su creencia atea sería una Fe ciega en el darwinismo. Por otra parte, el señor Eric se dice seguidor de las tradiciones: laica, humanista, científica, librepensadora, escéptica, racionalista y existencial. Yo soy católico y también, científico, humanista y racionalista en las cosas que están al alcance de la razón. 

Veremos cómo estos caballeretes se apropian como cacos de los conceptos de pensamiento racional y científico, como si los creyentes estuviéramos incapacitados para ejercerlo.

Pero este pequeño filósofo tampoco se priva de insultar a los que creemos en Dios. Así se puede leer:

“Durante toda mi vida he sentido que todo lo relacionado con Dios es una práctica humana horrible.”

“Si usted actualmente cree podría dejar atrás muchos disparates. Si su cerebro recurre a la religión, debe ignorar las monstruosas contradicciones, tragarse sus dudas y sonreír ante afirmaciones ridículas.”


Es notable como veremos más tarde, que la mayoría de los que se dicen ateos además de insultones tienen una admiración casi insana por la ciencia. Pero, paradójicamente casi ninguno tiene ninguna titulación científica, ni siquiera conocimientos sólidos de ciencia a nivel de divulgación. Hablan de lo que no saben.

Tras encomendarse a la santa doctrina de la evolución, el señor Eric, nos descubre el plato fuerte de la teología atea: El problema existencial. Traducido al castellano, suscribir a conciencia el ateísmo con todas sus consecuencias, supone un impacto psicológico que conduce a la depresión:



Las consecuencias morales del ateísmo, son su refutación más elocuente. 

Sin Dios no hay vida futura, no hay legislador supremo, no hay nada que pueda dominar en la conciencia del hombre; la moral es una ilusión; la virtud una bella mentira; el vicio un amable proscrito a quien conviene rehabilitar.

En tal caso, las relaciones entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos, son simples hechos naturales que no tienen ningún valor en el orden moral. La obligación es una palabra sin sentido, cuando no hay quien pueda obligar: y faltando Dios, no hay nada superior al hombre

Así desaparecen todos los deberes, se rompen todos los vínculos domésticos y sociales; solo debemos atender a los impulsos de la naturaleza sensible, huyendo del dolor y buscando los placeres.



Y éste monaguillo del ateísmo propone la solución: (redoble de tambores)

“Estamos a las puertas de comprender una brillante idea: que cada vida puede tener sentido. Soy yo quien decide lo que me hará sentir honrado y feliz. Anunciándose a sí mismo sus intenciones, se encamina en una dirección brillante: la dirección de su propia creación.”

Tachán. Acabáramos. Bien pudiera ser esta “brillante idea” el dogma de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. Y sólo hago una pregunta, si soy yo quien decide lo que está bien y lo que me hace feliz, que pasa si yo soy Jack el destripador?, o Hitler?.

EL libro no da para mucho mas. Es una sucesión de ideas filosóficas de bombero torero. Viene bien leerlo para conocer la tristeza de una vida que se refleja en la mirada del autor.



Como casuística de antiguos creyentes convertidos al ateísmo, el autor hace unas semblanzas de personas, que casi se autocomentan por su tristeza y patetismo:


Marcia:

“Lo que sigue siendo duro es la falta de comunidad y el no disponer de una iglesia hay un hueco en mi vida en ese punto, y ningún grupo de amigos con intereses compartidos llena ese hueco.”

Y yo añado: ese hueco no lo rellenarás nunca.


Robert:

“Siempre me he considerado un pensador y un defensor de la ciencia. Mi visión mundial del cristianismo se desmoronó lentamente, la gota que colmó el vaso fue el autodidactismo en la ciencia.”

Otro “científico” de todo a cien. ¿visión mundial?, ¿autodidactismo?. Perplejo estoy.


Barbara:

“Tenía doce años cuando dejé de creer. En mi caso, lo que precipitó el cambio fue leer un libro sobre ovnis y discutir sobre moléculas que se autorreplicaban. Siempre había estado muy interesada en asuntos científicos.”

Sí señora. Los ovnis. Una razón muy poderosa. Y las moléculas, claro. Y se te olvida el rayo de la muerte.


Alan:

“Me convertí al budismo al final de mi adolescencia. Por aquel entonces ya bebía mucho. Mi familia estaba plagada de alcohólicos. Nuestro maestro budista tenía fama de manosear a las mujeres.”

(Sin comentarios)


Janet:

“Mi madre creía en un Dios, pero no veía razón alguna para ir a la iglesia. Creía que podía rezar o rendir culto en su propio hogar y a su propia manera. Estaba abierta al concepto de telepatía o de una forma que tenían los muertos de quedarse en el mundo. Saber sobre la evolución hizo que las cosas cambiaran. Haber leído a dawkins hizo que todo encajara.”

Ya salió el sumo sacerdote Dawkins. Janet, te falta Drácula y el hombre lobo para tener a los tres tenores de la imaginería atea


Laura:

“Es difícil dejar de creer cuando allá donde miramos esté lleno de historias sobrenaturales. Escepticismo, pensamiento crítico, la ciencia y ahora pertenezco a un grupo humanista secular local, asisto a sus reuniones y actualizo su web.”

O sea, Laura, que tu corazón te dice a voces lo equivocada que estás y tú, sustituyes a una iglesia por otra. Penoso. Y dale que te pego con la ciencia.



Quiero finalizar con las palabras de nuestro Señor Jesucristo Salvador y Redentor del Mundo:


“Yo soy el Camino, la Resurrección y la Vida.”
“Yo soy la luz del mundo, el que a mí viene no andará más en tinieblas”
“Pedid y se os dará;
llamad y se os abrirá;
buscad y hallaréis;
porque quien pide, recibe;
quien busca, halla;
y a quien llama se le abrirá.”



Y yo que sólo soy un pobre pecador os aseguro, que busqué y hallé, llamé y me recibieron, pedí y se me dio con creces y a cambio de nada.