lunes, 21 de marzo de 2011

SEGUNDO LUNES DE CUARESMA

Señor, Padre santo, que para nuestro bien espiritual nos mandaste dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a librarnos d ela seducción del pecado y a entregarnos al cumplimiento filial de tu santa ley. Amén.

Meditación

1.- La austeridad voluntaria, especialmente en el comer y en el beber, no es algo extraño al hombre actual. a gente se mortifica por salud o por estética. Sin embargo, la austeridad material, a los ojos de Dios, tiene un fin bien distinto, netamente espiritual. Se trata de vivir austeramente para "dominar nuestras pasiones, rechazar las seducciones del pecado, controlar nuestras inclinaciones hacia el egoísmo y la soberbia; y para alejar de nosotros todos aquellos sentimientos que pongan como centro de nuestra vida el yo, la propia persona, el propio parecer y entender.

2.- El cuerpo es nuestro mejor amigo en la lucha espiritual si lo dominamos y controlamos; pero puede ser el peor de los enemigos si nos dejamos dominar y controlar por él. Esa lucha contra las apetencias de nuestro cuerpo no siempre es fácil. No podemos olvidar que el cuerpo es ele continente de nuestro espíritu, la vasija frágil que guarda el gran tesoro que Dios ha depositado en él. Tampoco podemos olvidar que el cuerpo es parte esencial de nuestro ser y que ha sido consagrado en las aguas bautismales.

La carne lucha contra el espíritu, dice San Pablo. Por eso, débiles como somos, suplicamos hoy al Padre que "nos libre de la seducción del pecado"


Pregúntate: si tratas a tu cuerpo como un amigo o como un enemigo.

Pregúntate: si precticas la austeridad como fuente de libertad interior.

Pregúntate: qué inclinaciones corporales contrarias al espíritu vas a intentar controlar, dominar y rechazar para que tu espíritu no viva esclavizado al cuerpo.


Súplica

Señor Jesucristo, mírame sujeto a las inclinaciones y pasiones de mi cuerpo. Mírame sujeto a tentaciones de egoísmo, soberbia, comodidad, avaricia y tantas otras, Mírame sometido a inclinaciones que me alejan de vivir libre en el espíritu.

Ten en cuenta mi debilidad y acude en mi ayuda para que fortalecido con tu gracia, controle mis apetencias carnales y viva en verdadera austeridad cuaresmal.

Que sepa dominar mis inclinaciones y deseos mediante un control constante y esperanzador, de modo que viva esta Cuaresma buscando agradarte en todo cuanto pienso, digo y hago.

Amén.


Jaculatoria

Fortalece mi voluntad, Señor.

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