viernes, 11 de marzo de 2011

VIERNES DE CENIZA

Confírmanos, Señor, en el espíritu de penitencia con que hemos comenzado la Cuaresma, y que la austeridad exterior que practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Amén

Reflexión

1.- La Oración litúrgica de este Viernes de Ceniza da por supuesto que "el espíritu de penitencia y la austeridad cuaresmal" forman parte de nuestra vivencia cuaresmal.

El "espíritu de penitencia" es, como su nombre indica, una actitud interior, de corazón, espiritual.Y consiste en tener presente el precio que Cristo pagó al Padre para romper las ataduras de nuestros pecados. Y ese precio fue el derramamiento de su Sangre en la cruz. Ante ese altísimo precio, hemos de sentir agradecimiento profundo y dolor de corazón. Y ese dolor de corazón ha de manifestarse en unos actos externos de penitencia y austeridad, como forma de repagar a Cristo.

2.- Penitencia es sinónimo de compartir el sacrificio martirial de Cristo. Y lo compartimos aceptando, sin quejarnos, las dificultades y contrariedades cotidianas uniéndolas a la cruz de Jesús.

Se trata de hacernos partícipes de su cruz mediante la aceptación de las propias cruces. Y a esto añadimos una conducta externa de austeridad, privándonos de bienes materiales como caprichos, comodidades, placeres. No se trata de poner en ellos un valor salvífico o santificador que no tienen, sino de demostrarle a Cristo que le agradecemos y compartimos, aunque íntimamente, su padecer por nosotros.

3.- Pregúntate: ¿Vivo estos días de Ceniza con un verdadero espíritu de penitencia? ¿A qué voy a renunciar hoy para manifestarle a Jesús mi gratitud?



Súplica

Señor Jesucristo, Tú que me compraste con tu preciosa Sangre derramada en la cruz, sigue contándome entre tus predilectos. Que esa Sangre no haya sido derramada por mí en vano.

Mira, Jesús, a todos los hombres, no solo a mí, por los que te entregaste voluntariamente en el madero de la cruz, y continúa velando por ellos, pues son tus hermanos.

Quiero agradecerte, Señor Jesús, tu entrega generosa, tu sacrificio y tu muerte ignominiosa. Y grada en mi corazón el convencimiento de saberme, Señor, mi reconocimiento, participando de tu cruz mediante una sentida austeridad exterior.

Amén.


Jaculatoria

Por tu cruz, Señor, me has comprado para ti.



No hay comentarios: